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[CHENLE]

El chico últimamente notaba cosas en sus compañeros y sus amigos. Cuando alguien no estaba, hablaban mal de esa persona y cuando si estaba, la o lo trataban como un amigo, ¿acaso eran tan falsos? Entonces cuando Chenle no estaba, ¿hablaban mal de él? Era muy probable, pero tal vez era solo el suponiendo cosas que no eran verdad.

Tan pensativo estaba que no se dio cuenta cuando sonó la campana y todos se retiraban del salón para ir a la cafetería y comer. Sus amigos no lo llamaron, de aseguro estaban demasiado hambrientos. Se sentó en la mesa de siempre y comió lo de siempre. La mesa en la que se sentaba estaba cercana al centro, era de las más grandes y por eso, cabía todo el grupo de amigos. Las bromas ya no le eran tan graciosas, pero para no verse como un amargado, a veces fingir una sonrisa no estaba tan mal.

El tiempo pasó volando y ya estaban volviendo al salón. Eso era malo, pues tenían un examen en la clase que venía. Todos sacaron las tabletas electrónicas de la escuela y recibieron el examen. Era de la materia de literatura. Redactar no era su problema, el reto era memorizarse las definiciones de algunos recursos retóricos , como la hipérbole, prosopopeya, el antítesis, paralelismo entre otras.

Todos sabían sobre eso, después de todo, te lo enseñaban en la secundaria, pero, Chenle no era de esos niños estudiosos, a él nunca le sirvió repasar todo el libro para los exámenes, sólo lo hacía de lo que entendía y siempre le iba bien. La única diferencia era, el ahora estaba en la preparatoria y era diferente incluso el trato de los profesores.

Se sentía tan inquieto y tenía tantas ganas de levantarse de su lugar y caminar o hacer algo. Hasta se pellizcaba para poder volver a concentrarse en el "corto" examen de tan sólo cincuenta preguntas. Pasaron dos tortuosas horas y por fin envió las respuestas de su examen a la profesora. ¿Cual había sido su resultado? Treinta y ocho correctas.

"Tiene que ser una puta broma..."

Si su padre se enteraba de ese resultado, lo regañaría y como siempre, lo compararía con su hermanastro. Renjun ni siquiera era su hijo biológico y lo trataba mejor que el, le compraba todo, lo llevaba a todas partes, lo mimaba... y a él... solo le exigía más. Se acordaba de esos momentos en los que el le decía en la secundaria que un número no definía la inteligencia de uno, ¿y ahora? Todos los días le jalaba de los pelos recordándole lo burro que era y que su futuro sería decepcionante... ¿Cuánto podría apostar que no le heredaría nada?

Desde que empezó con los preparativos para su boda, ya no le prestaba atención. Chenle entendía que debía convivir más con sus nuevos miembros de la familia, pero su actitud cambió por completo. ¿Acaso ya se había hartado de el? Por muchos años había sido solamente padre e hijo, ahora era padre, madrastra, hermanastro e hijo. Dos personas metidas entre ellos. Pero para complacer por lo menos una de las cosas que su padre exigía, debía ser el "angelito" y ser educado, buen hijastro y hermanastro hacia esos intrusos. Aún no soporta tener que ver todos los días a esos dos entrometidos, pero como ya se acostumbró, una sonrisa falsa lo arregla todo.

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—Entonces Jeongin empezó a gritar como loco y luego Samuel se hizo el que no lo conocía... si tan solo hubieran visto su cara.—

Chenle estaba tan aburrido, no le importaba escuchar anécdotas de los demás, que ni lo incluían en actividades del grupo de amigos al que el también pertenecía. Fueron al parque de diversiones y el ni enterado... de todos modos no era divertido ir a esos lugares.

Suspiró y se retiró con la excusa de que debía ir a platicar con el consejero escolar. ¿A donde iba en realidad? Ni el lo tenía claro, sólo necesitaba estar solo y poder tratar de relajarse. Terminó sentándose en la banca bajo los hermosos árboles del jardín de la escuela. Casi nadie iba ahí, no entendía por qué si a veces tomar aire fresco y escuchar al ambiente era relajante, y eso que el no era de esos que les gustaba el exterior.

—Tus amiguitos fieles les dices. Solo estas con ellos por decoración, como si fueras ese mal tercio.—

A la chingada lo que había dicho sobre Jisung, ¿atractivo? ¡Ja! El era solo un pedazo de basura enfadosa. Últimamente se lo encontraba en todas partes y Park empezaba a joder con sus asuntos personales.

Y ese momento no era excepción, ahí estaba el menor parado a su lado. Chenle rodó los ojos y miró al chico para luego preguntarle irritado:

—¿Qué no tienes algo más que hacer?—

Jisung se encogió de hombros y se sentó en la banca.

—Solo te estoy haciendo el favor para que des cuenta de lo arruinada que está tu "amistad" con ellos.—

—En primer lugar, ¿que haces aquí? Deberías estar con tus amiguitos por los pasillos y rechazando más solicitudes de ser novio de alguna porrista.—

—Uno a veces solo quiere relajarse y ver lo que muchos no aprecian... estos árboles y la fuente son muy bonitos.—

Chenle observó la fuente con una escultura de alguna diosa griega, tal vez era Afrodita.

—Si. Son bonitos.—

Un silencio un poco incómodo lleno la atmósfera.


—¿Cómo te fue en el examen? Viendo tu cara cuando recibiste los resultados, supongo que no fue como esperabas.—

Chenle frunció el ceño, ¿por qué siempre se metía en sus asuntos?

—Maldita sea... eso no te debe importar.—

—Cuida ese lenguaje. Ya sabes que esta prohibido hablar así aquí, aparte... no me hables así, no soporto a la gente grosera.—

—¿Y para que me hablas entonces? Yo me voy, tú sigue admirando la puta decoración que a nadie le importa.—

El mayor se levantó y se fue. Tal vez en la terraza podía estar a gusto sin ningún metiche.

𝐿𝑜𝓋𝒾𝓃𝑔 𝒶𝓃 𝒰𝓃𝓁𝑜𝓋𝑒𝒹 | 𝙽𝙾𝙼𝙸𝙽 Where stories live. Discover now