𝐿𝑜𝓋𝒾𝓃𝑔 𝒶𝓃 𝒰𝓃𝓁𝑜𝓋𝑒𝒹 | 𝙽𝙾𝙼𝙸𝙽

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[JAEMIN]

En la siguiente mañana, me desperté media hora antes de que sonara mi alarma. Aproveché para tardarme un poco más en la ducha y traté de cubrir imperfecciones en mi rostro con un poco de maquillaje, no fue exagerado, solo muy poquito en mis labios y una base.

Me puse mi uniforme, tomé mis cosas y baje al primer piso. Dejé mis útiles en la mesa y me dirigí hacia la cocina. Abrí el refrigerador y noté que ya casi no quedaba nada, el fin de semana debía ir al mercado. Tomé una caja de leche de soya y de la alacena saqué una caja de cereal. Me lo serví en un plato, tome la cuchara y empecé a desayunar.

Me detuve cuando observaba la caja de cereal. Fruncí el ceño y tome el objeto de cartón. Después, vi la tabla nutricional.

"¿Cómo me atrevo a comer esto?"

Pensé al realizar que esto tenía muchas calorías, azúcares, sodio, grasa, y colesterol. Inmediatamente tiré el cereal a la basura y me decidí por tomarme un café.

Al terminar, metí mis utensilios a la mochila y mis libros al maletín, me paré en la entrada y me coloqué mis zapatos. Al terminar, abrí la puerta principal. Antes de empezar la caminata hacia la escuela, me aseguré de haber cerrado la puerta con seguro. Y así fue, satisfecho, caminé por la banqueta y emprendí mi recorrido diario. El cielo se veía hermoso.

Como de costumbre, fui el primero en llegar de mi salón. Entonces me senté en mi asiento y me quedé observando el patio desde la ventana que se encontraba a mi lado.

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El timbre sonó y la profesora Lee Soon Kyu, de literatura, se retiró del salón. Todos salieron disparados hacia la cafetería. Yo solo esperé en la puerta, ya que Mark seguía anotando algo en su cuaderno. Cuando terminó, nos fuimos hacia la cafetería, de aseguro Yukhei ya nos esperaba ansioso.

—¿Dónde estaban?—

Preguntó el más alto mientras le daba un gran mordisco a su Sandwich.

—Lo siento, es que estaba tomando notas.—

Se disculpó Mark.

Nos sentamos en la mesa de costumbre. Yukhei tenía un Sandwich ahora a la mitad, un plato de fruta con yogurt y una malteada. Mark tenía pasta , pollo y una agua de sabor .

—¿Solo eso comerás?—

Preguntó Mark al ver que solo tenía un strudel de manzana .

—Si, hoy no tengo mucha hambre.—

Expliqué.

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"¿Qué tantas calorías tiene esto? ¿Y si algún día me da diabetes? No puedo seguir así, esta es la razón por la que estoy gordo."

Solo quería que esos pensamientos malos se desvanecieran , pero, aveces la realidad es dura, y debía aceptarla. Me levante y me dirigí hacia el baño.

—Ey, ¿a dónde vas?—

Preguntó Yukhei.

—N-no me siento muy bien... Creo que debo ir al baño.—

Y de verdad que no me sentía para nada bien, me sentía culpable por tratar así a mi cuerpo.

—Si quieres te llevamos a la enfermería.—

Sugirió Mark. En verdad se veían preocupados por mi, pero por otra parte, penaba que solo fingían interés.

—No, solo creo que algo me cayó mal. Con permiso ...—

Llegué casi corriendo al baño. Me metí al cubículo del fondo. Me quedé ahí parado, observando el inodoro. Debía hacerlo. Me puse de rodillas. Tenía mi mano izquierda de apoyo en el asiento de plástico, y con la derecha, alcé mi brazo y deje dos dedos arriba. Me estaban temblando, tenía miedo.

Metí esos dos dedos a mi boca y los metía hasta casi llegar a la orofaringe, por reflejo quería sacar lo que se encontraba dentro de mí y emitía ruidos extraños como si tratase de toser. Pero los mantenía ahí, decidí mover la úvula. Así estuve hasta que por fin, vomite. Me quedé paralizado, ¿qué acababa de hacer? Mis dedos cubiertos de saliva pegajosa, estaba temblando. Pero llegue a la conclusión de que lo había hecho por mí bien.

Bajé de la palanca y me aseguré de que estuviera limpio. Salí lentamente del cubículo y me encontré con Lee Jaeno parado frente a mi, se veía preocupado, eso creo.

—¿Estás bien? Acabas de vomitar.—

Asentí con mi cabeza, por alguna razón me sentía mejor de lo que estaba antes.

—Si, solo que me sentía un poco mareado. Mis disculpas por molestarlo.—

Di una reverencia y me apresuré para salir del baño.

Mientras caminaba por el pasillo, una pequeña sonrisa se posó en mi rostro, no fue tan mal como lo imaginé.