➡️20⬅️

2.5K 355 141
                                    




[JAEMIN]

El resto del día en la escuela fue una pesadilla. Juraba que cada treinta minutos sentía como si mi cabeza estuviese a punto de explotar. Cuando nadie se daba cuenta, los de siempre aprovechaban para decir los comentarios de costumbre:

—Hola gordinflón.—

—La falta de condición física hizo que te desmayaras, o solo fue que eres una dramática.—

—Gordo.—

—Feo.—

—Nerd, hazme la tarea.—

—Asqueroso.—

—¿Por qué gastas el espacio que alguien con dinero puede usar y ser útil en este lugar? Solo vete de esta escuela.—

—Pudrete.—

—Arruinaste las vidas de Mark Lee y Wong Yukhei.—

Ya estaba arto de eso.

Por fin, la campana sonó. Todos se apresuraron en salir, hoy era tarde libre, así que no habrían actividades extra curriculares relacionadas con la escuela. De todos modos, ¿para qué se apresuraban?, no hay mucho que hacer, aún dejaron tarea.

Cuando terminé de meter las cosas a mi mochila y los libros que me llevaría a casa en el maletín, me colgué la mochila y cargué los libros que dejaría en mi casillero. Salí del salón y por suerte mi casillero quedaba cerca. Cuando removí el candado y abrí la puerta de metal, montones de papel salieron de el. ¿Cuánto papel habían gastado solo para llenar mi casillero?

Decidí desarrugar algunas bolas de papel y no me sorprendió que tuvieran esos comentarios:

"Nerd asqueroso"

"Deberías bajar de peso."

"GOOOOOORDO de mierda :)"

"¿Estás perdido?"

"Vuelve a trabajar en la fábrica."

"La beca no te hace especial"

No tenía caso seguir leyendo, todos decían lo mismo, decían la verdad. De que era solo un nerd feo, gordo y no merecía ser amado. Gracias a ellos abrí mis ojos, he decidido tratar de reducir lo que comía, pero noté que con solo reducir no serviría, y no tenía tiempo para hacer ejercicio, debían haber maneras más rápidas, y creo que las encontré.

Me apresuré a tirar los papeles y guardar mis libros. Mi celular vibró y lo saqué de mi bolsillo, era un mensaje de Yukhei:

"Te esperamos en el parque, ¿por qué tardas tantoooo? 😤"

Solté un suspiro, no podría verlos esta tarde.

"Lo siento pero no podré verlos, tengo cosas importantes que hacer."

En pocos segundos, mi amigo escribió:

"¿Importantes?? 🤔🤔"

"Si, eso fue lo que dije."

"¿Tiene que ver con tu familia?"

Mis manos empezaron a sudar y temblar, le estaba mintiendo a mi mejor amigo, y, estaba usando a mi familia como excusa, ni los he visto en meses.

"Si, aparte, todavía no me siento del todo bien después de haberme desmayado."

"😱😱😱 RECUPÉRATE, si necesitas algo, avísanos e iremos directo a tu casa para cuidarte como si fueras un bebesito."

"Gracias. Nos vemos mañana."

"BBYE ✌"

Cuando envió el último mensaje, apagué mi celular y lo guardé en mi bolsillo.

Al salir del horrible territorio de la escuela, caminé un poco mientras buscaba en mi celular donde quedaba la farmacia más cercana. Al encontrarla, noté que estaba a dos cuadras, debería ir más seguido ahí.

Al llegar, empujé la puerta y decidí acercarme al mostrador, di una reverencia hacia la mujer quien me decidió atender.

—Buenas tardes, ¿tiene laxantes?—

La mujer asintió.

—¿En tabletas, jarabe o solución de gotas?—

Preguntó la empleado de espaldas mientras buscaba en las repisas.

—En tabletas, por favor.—

—Bien.—

Cuando trajo la cajita de cartón y la puso junto a la caja registradora, miré detenidamente el objeto.

—¿Son para ti? Te seré honesta, no parece que tengas problemas de estreñimiento y si los usarás para expulsar y bajar de peso, entonces no te los venderé.—

Abrí los ojos como dos platos y miré a la mujer, quien parecía preocupada.

"Piensa en algo Jaemin, piensa en algo, ¡RÁPIDO!"

—¿Q-qué? No son para mí, son para mi papá. Acabo de salir de la escuela y fue cuando me dijo que necesitaba los laxantes porque tiene problemas de estreñimiento, y lo peor de todo es que es crónico. Así que aproveché y vine. Yo nunca haría cosas como esas.—

Fingí una sonrisa, no era exagerada, era pequeña, solo para que pareciera como si me estuviera riendo. Al parecer la empleado cayó, soltó un suspiro aliviada y río.

—Lo siento, es solo que últimamente han habido muchos estudiantes que intentan hacer eso, hay que ser precavidos.—

—Ah... Pobres...—

—Lo sé. Bueno, aquí está.—

La empleada me mostró la cantidad que debía pagar y le di el dinero. Al terminar de pagar, di una reverencia y me fui del lugar. Al estar en la puerta de la farmacia, alguien llamó mi nombre:

—¡Na Jaemin!—

Esa voz se me hacía familiar, me volteé y vi el rostro de esa persona, me daba miedo esa sonrisa, ¿era capaz de ver cuando sus ojos formaban literalmente rayas?

—¿Lee... Jaeno?—

—El mismísimo Jeno. Oye, ¿qué hacías en la farmacia? ¿Te sientes bien? ¿Cómo fue lo del desmayo?—

Mis manos volvieron a sudar, eran demasiadas preguntas y me trataba como si fuese un amigo, ni siquiera nos conocemos, ¿se estará burlando de mí?

—E-estoy bien. Con permiso.—

Fue lo único que se me ocurrió decir, di una reverencia y me fui rumbo a mi casa.





Desbloqueé la puerta y me adentré a mi casa. Volví a cerrar la puerta con seguro, dejé mis zapatos en el escalón junto al resto, me adentré a la cocina y dejé mis cosas de la escuela sobre la mesa. Saqué la caja de los laxantes y la observé detenidamente.

Bueno, esto era mejor que vomitar, el vomito dejaría daños permanentes y mi físico cambiaría, por ejemplo, desbalance electrolítico que puede llevar a latidos cardíacos irregulares, deshidratación, pérdida de potasio, sodio y cloro, ruptura gástrica, inflamación y ruptura de esófago , caries, úlceras pépticas y pancreatitis. Obvio que prestaba atención a las clases, pero, tal vez si establecía un horario de cuando tomar los laxantes, no me afectará. Lo pensé un rato, cuando llegué a la conclusión, una por semana.

Tomé una de las pastillas junto a un vaso con agua y me encerré en el baño. Miles de escenarios pasaron por mi cabeza, ¿qué debía hacer? ¿Y si no funcionaba? ¿Dolerá?

Tiré el agua por el lavabo y la pastilla al bote de basura, lágrimas mojaron mis mejillas. Mis rodillas cayeron al suelo y quedé frente al inodoro. Mis manos se movieron solas y dos dedos se adentraron en mi boca, yendo  cada vez más profundo hasta que lo expulsé todo. Entonces, sería vomitar una vez cada semana y reducir la comida que ingería. Así bajaría de peso, y eso me puso contento, por fin sería delgado y bonito.

𝐿𝑜𝓋𝒾𝓃𝑔 𝒶𝓃 𝒰𝓃𝓁𝑜𝓋𝑒𝒹 | 𝙽𝙾𝙼𝙸𝙽 Where stories live. Discover now