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[JAEMIN]

Faltaban diez minutos para que sonara la campana y los dos chicos dejaron las cosas en su lugar y volvieron a su salón de clases. Cuando Jaemin se quedó frente a su mesa, las ganas de llorar y los malos momentos volvieron a su mente. Su mesa tenía escrito con lo que parecía marcador negro cosas como:

"Feo"

"Gordo"

"Zorra"

"Bulimico"

"Muérete"

"Pudrete"

"Estupido"

Entre otras más. Sintió la mano de Jaeno tomar su hombro, pero el menor la removió y sacó toallas húmedas para tratar de quitar el marcador negro.

—Jaemin, descuida, no le hagas caso a esos comentarios.—

Esas inútiles palabras ya se las repetía todos los días pero, ¿funcionaban? No, para nada.

—Déjeme en paz, por favor.—

Suplicó Jaemin con la voz quebrada. El resto de los minutos fueron silenciosos, Jaeno no dijo nada más. La tinta plasmada en la mesa casi se desvanecía, pero aún era visible. La campana sonó y todos los alumnos volvieron al salón.

—¿Qué te hicieron ahora esos bastardos? Te dije que no fue buena idea dejarte solo.—

Dijo Mark al ver la mesa y el rostro desanimado del chico sentado.

—No fue nada... ¿Cómo te fue con ya sabes quién?—

Preguntó Jaemin fingiendo una sonrisa pero pronto vio el ceño fruncido de su amigo y supo que no había ido para nada bien.

—No quiero hablar sobre nada relacionado con ese idiota.—

—Entiendo.—



_____________




Ya era el final de la jornada de clases y todos preparaban sus cosas para salir e irse a sus casas para descansar. Jaemin no tenía prisa, no había nadie esperándolo en casa y no había tarea, pues el terminó todos los trabajos ese mismo día.

Con la mochila colgada y el maletín en su mano izquierda, estaba listo para colocar algunos cuadernos que no necesitaba en su casillero. Cuando lo abrió, una nota cayó al suelo. Guardó sus cosas en el casillero y tomó la  nota, la cual decía:

"Jaemin la zorrita gorda. Hoy te vi en la biblioteca junto a Jeno. Casi rompías la silla... No te acerques nunca más a Lee Jaeno, nadie quiere descubrir qué quieres ser su zorra, y mucho menos descubrir que su popularidad baje por juntarse contigo. Él es especial y tú no. Mejor vete a un baño y vomita aunque no te sirva, mejor muérete."

Arrugó el papel y lo tiró en el bote de basura más cercano. Las palabras podrían ser inofensivas, pero considerando el estado en el que Jaemin estaba, una simple oración ya lo rompía como un pedazo débil de cristal. Se guardó las ganas de llorar y salió del edificio.

Se colocó los audífonos y escuchaba música para el recorrido a su casa solitaria. No se podía distraer con la música, era simplemente imposible. El contenido de la carta volvía a sus recuerdos y las lagrimas escapaban lentamente de sus ojos. No podía sufrir vergüenza en medio de la calle, así que se apresuró en llegar a su casa.

Al llegar, se desplomó y lloró patéticamente como todos los días. Se tambaleó por las escaleras y se dirigió a su habitación. Se acercó a su escritorio y jaló del cajón. Sacó el cúter filoso y con sus manos temblorosas, lo acercó de nuevo a su brazo.

—Esta vez debería hacerme sentirme mejor...—

Presionó con fuerza pero... Oh dios... Dolía mucho, como no se lo imaginaban. Las cortadas no fueron muy profundas, y solo se hizo tres rayas hinchadas con sangre. Limpio sus heridas y el cúter filoso, lo puso devuelta en el cajón y se envolvió en sus cobijas, llorando hasta conciliar el sueño. Había sido otro día de sufrimiento y tristeza que nadie podría eliminar, Jaemin nunca sería amado y eso era un hecho.

𝐿𝑜𝓋𝒾𝓃𝑔 𝒶𝓃 𝒰𝓃𝓁𝑜𝓋𝑒𝒹 | 𝙽𝙾𝙼𝙸𝙽 Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang