𝐿𝑜𝓋𝒾𝓃𝑔 𝒶𝓃 𝒰𝓃𝓁𝑜𝓋𝑒𝒹 | 𝙽𝙾𝙼𝙸𝙽

➡️07⬅️

[JAEMIN]

Sorprendentemente, la semana había pasado muy rápido, lo cual no me agradaba, para nada. Eso significaba que tendría que ir a esa fiesta. No tenía escusas, no había algún asunto en mi agenda, no había tarea, no tenía libros que leer, ni actividades del club de lectura, nada..

La campana sonó, haciendo que el profesor de cultura, Choi Siwon, detenerse y guardar sus cosas en el maletín.

—Bueno chicos. Para los que no terminaron las actividades, quedan de tarea para el próximo martes. Que les vaya bien el fin de semana.–

Al terminar de decir eso, se fue del salón. Todos se levantaron y guardaron sus cosas apresurados, la fiesta no era tan pronto, faltaban cuatro horas.

Me levante de mi asiento con calma y fui el primero en dirigirse a la puerta, pero una mano me detuvo.

—¿Vendrás a la fiesta?—

Preguntó Jaeno.

Solo lo miré, ni yo sabia si iría o no. Su sonrisa me hacía un poco incómodo, así que me moví para que pudiera irme.

—Ser nuevo no es algo malo. Puedes hacer amigos, estar con Mark y Yukhei no es muy sano, hay que conocer a todos.—

Me dijo mientras sonreía, parecía una rana.

—Jeno, déjalo. El no es nuevo.—

Lo interrumpió Mark, me alivie por dentro pero no lo demostré, seguía inmóvil como una roca.

—¿A qué te refieres...Mark?—

Preguntó con una "sonrisa" era obvio que la tenía forzada.

—Si te dieras cuenta de lo que en realidad sucede a tu alrededor, ya sabrías que él estaba aquí desde primero.—

Mark se acercó a mi y tomó de mi mano, después me jaló y nos fuimos de ahí.

—¡Vayan a la fiesta!—

Lo oí gritar, me volteé y vi que se despedía, ¿de mi? No, de aseguro había alguien a mi lado.

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—Supongo que tenemos que ir a....la fiesta.—

Dije desanimado. Mire a mi lado izquierdo y Mark asintió con su cabeza.

—Yukhei quiere ir, y no lo podemos dejar solo. Sabes que se sale de control fácilmente.—

Al acordarme de momentos en los que Yukhei enloquecía y parecía un maniático, reí bajo, Mark me siguió la risa.

Llegamos al lugar donde siempre nos separábamos, yo iba hacia la calle de la derecha y el a la de la izquierda. Nos despedimos con la mano y cada quien se fue por su camino.

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Jaemin tomó una ducha y al salir se puso sus pijamas, se secó el cabello y se acostó en su cama, observando el techo, dejando que los rayos de sol del atardecer se asomen por la parte inferior de su persiana. Se estaba quedando dormido, cuando su timbre sonó varias veces. Jaemin se quejó y con pereza salió de su habitación, bajó las escaleras y arrastró los pies hasta la puerta. Se asomó por el visor y estaba a punto de maldecir, ahí estaba Mark.