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[JAEMIN]

Cuando el profesor Lau ordenó que Mark y Donghyuck se retiraran de su clase, quedé fuera de onda. ¿Acaso estaban hablando? Sabía que las cosas entre ellos eran muy incómodas, entonces, ¿por qué estaban hablando? Más bien, ¿por qué se pasaban notas?  Yo me había percatado de que lo estaban haciendo, escuchaba detenidamente como el lápiz creaba fricción contra el papel arrugado.

Justo cuando salieron, todos susurraban, de aseguro preguntándose lo mismo que yo.  El profesor pronto los calló y continuó la clase, ahora con dos asientos vacíos.

Nunca me había distraído tanto en alguna clase, lo único en lo que podía pensar era, ¿qué tanto se escribían? ¿Por qué? Es solo que,  fue muy repentino, nadie se lo esperaba.

Observé el reloj de la pared, ya había acabado la clase. El profesor se percató de esto, tomó sus cosas, borró lo escrito en el pizarrón, abrió la puerta, dejando a los dos chicos entrar, después de esto, el profesor se retiró. En el momento justo cuando se cerró la puerta, todos rodearon a Donghyuck, excepto Mark y yo.

Yo solo me fijé en mi amigo.

—Luego te cuento...—

Fue lo único que me dijo. Supongo que descifró la curiosidad en mis ojos. Yo solo asentí, también había que darle privacidad y esperar el momento indicado.

—¿Me pasas las notas que me perdí?—

—Pero tú ya te sabes todo.—

Reí bajo. Mark también rió.

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La campana sonó. La profesora por la que todos babeaban se retiró del salón, yo nunca entendí, ¿por qué tener un busto y trasero grande era tan atractivo? Yo siempre pensé que sería una molestia, aparte de incomodo, traería problemas al encontrar la ropa que no ajuste esas áreas, o lidiar con pervertidos.

Mark tomó de mi mano y salimos del salón. Yukhei como siempre, salió del otro salón y nos acompañó.


Esta vez decidí tomar algo distinto. Si no me agradaba mi cuerpo, debería comer menos dulces y harinas. Ese almuerzo consistió en una pequeña ensalada y un jugo de naranja. Mark tomó una telera, un cuchillo de plástico, queso , jamón serrano, y una malteada de vainilla. Yukhei se decidió por un omelette, una rebanada de pie de piña y un licuado de zarzamora. Comparando las raciones, la mía era mucho más pequeña. Pero parecía que no lo notaron, entonces no tiene nada de malo comer un poco menos.

Estábamos comiendo relajados, cuando dos chicos se pararon frente a nosotros. Eran Donghyuck y alguien más, no lo conocía.

—Hola Jackson.—

Sonrió Yukhei. Entonces el otro se llamaba Jackson.

—Hola Yukhei. Vengo a decirte que eres bienvenido a nuestro club.—

—¡¿En serio?!—

Jackson asintió, sonriendo de oreja a oreja.

—Ven, te presentaré a los chicos y chicas.—

Yukhei nos miró, como si buscara el consentimiento de sus padres. Mark rió y le asintió. Yukhei se levantó y siguió a Jackson. Ahora solo quedaba Donghyuck, quien nos miraba detenidamente, me sentía muy incomodo. De repente, se sentó en el lugar vacío. Aún observándonos.

—¿Entonces no son novios?—

Preguntó dudosamente.

—No.—

Respondió Mark fríamente. El otro asintió lentamente con su cabeza. Un silencio nos conquistó.

—Escuché que te uniste al club de baloncesto.—

Dijo Donghyuck después de un rato. Yo seguía confundido.

—Si. Te tengo una pregunta, ¿por qué estás aquí?—

Mark se notaba molesta por alguna razón. Ya no soportaba estar así . Me levanté y estaba listo para irme.

—¿A dónde vas?—

Me preguntó Mark.

—Los dejaré solos para que hablen libremente un rato.—

No esperé una respuesta y me fui. Tiré mi comida, deje mi bandeja en la barra, agradecí a las cocineras y me retiré de la cafetería.

Caminaba por el pasillo principal, relajado. No había ruido alguno. Solo el eco de mis zapatos. Ese acogedor silencio fue interrumpido por algo chocar contra los casilleros. Ese fui yo. Me habían empujado.

—Na Jaemin.—

Inmediatamente reconocí esa voz, escalofríos recorrieron mi espina dorsal, quedé congelado.

—¿Está asustada la niña?—

Preguntó otra voz. Esto debía ser un mal sueño, ¿no? Traté de pararme firme, aunque estuviera temblando como cachorro asustado.

—¿Necesitan algo?—

Hice mi mayor esfuerzo para que mi voz no sea temblorosa. Sabía perfectamente a qué venía esto.

—Esto es simple. Hazme la tarea.—

—Pero no estamos en el mismo grado.—

—¿Te pregunté?—

La mano de Johnny chocó contra mi mejilla. El resto de los chicos, de diferentes grados y grupos me rodeaban, cruzados de brazos y sonrientes.

—¿Cuántos meses de embarazado tienes?—

Me preguntó Kwon Hyun Bin.

Antes de contestarle, alguien apretó mi mejilla de manera violenta, ese fue Son Hyun Woo.

—Mira esos  regordetes cachetes, ¡Y ESA PAPADA!—

Se burló.

—Chaparrito.—

Rió Song Mingi, golpeando mi nuca.

—Ey Na, cuidado.—

Se burló otro, no sé quién era. De pronto, sentí algo pegarse a mi cabello. Vi a Yuta reír a carcajadas. Algo había hecho. Por instinto pase mi mano al cabello, era un chicle. Antes de que pudieran hacer algo más, uno de los de su grupo, Yonbok, corrió hacia John.

—Ahí viene un miembro del consejo estudiantil, hay que irnos.—

Los chicos se quejaron, pero se fueron. Dejándome solo. Corrí hacia el baño y me miré al espejo. Debía ser una broma. Primero, eso era asqueroso, y  segundo, ¿cómo me lo quitaría?

—Quítatelo con aceite.—

Dijo un chico al entrar. Me volteé, y miré al estudiante que me habló. Nunca lo había visto antes, de aseguro era nuevo o de primer año.

—Gracias...—

Di una reverencia. El otro asintió desinteresado y se acercó a la barra, para poder lavarse las manos. Pensé en algo rápido, debía usar un gorro, no quería que me viera todo mundo así, se burlarían de mi. Salí del baño y me dirigí a mi casillero. Por suerte, siempre tenía ropa de repuesto, solo por si acaso. Y afortunadamente, tenía una boina. Me la coloqué y metí los mechones con el chicle pegado al gorro, tratando de ocultarlos.

𝐿𝑜𝓋𝒾𝓃𝑔 𝒶𝓃 𝒰𝓃𝓁𝑜𝓋𝑒𝒹 | 𝙽𝙾𝙼𝙸𝙽 Where stories live. Discover now