Capítulo 7

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La llegada del mal que atormenta a la bruja. I


Vayolet.

Tenía que arreglar asuntos serios con el encargado de este lugar, por eso también lleve a Henry conmigo, así podía hacer las dos cosas y no desperdiciar tiempo.

El tipo era un estúpido, no dejó de acostarme en el tiempo que había estado intentando arreglar el problema que tenían con la distribución de alcohol.

Por alguna razón los proveedores ya no querían traer alcohol aquí y por eso hable con el desagradable tipo que no hizo más que ver mi busto o mi trasero.

Me encontraba de camino a la oficina para decirle a Henry que prestará atención inmediata a este problema.

En mis planes no estaba venir al trabajo, pero esto era importante. Y no podría no llegar.

Henry, se enfrentaría al desastre de cada año, la fiesta de la agencia de modelos de su madre, la fiesta de la agencia de publicidad y la apertura de un nuevo club nocturno.

Quería ver a Henry pero al mismo tiempo no. Quería verlo porque quería preguntale ¿Cómo le había ido ayer?. Y no quería verlo porque al verlo venía a mi cabeza a la imaguen de él en su oficina con la linda rubia y en mi estómago se hacía una hueco que llegaba a mi pelvis que se convertía en una punzada, que me hacía cerrar y apretar mis piernas con urgencia y eso no era saludable para mi pobre cabeza llena de problemas. El sentimiento era tensión sexual, por tanto tiempo sin estar con un hombre.

Llegué a la empresa. Gisele me miro extrañada. Sabía que yo no quería estar cuando se precentara él y si no lo hacía hoy lo haría mañana.

-Hola, señorita Vayolet ¿Qué hace aquí? Creí que no vendría hoy.

-Problemas, Smith como siempre, problemas. Nada que deba preocuparte. ¿Esta Henry?.

-Sí, esta en su oficina. ¿Quiere que le diga que va a verle?.

-Sí, no quiero llevarme una sorpresa, de nuevo.

Gisele llamo, al minuto la oficina de Henry se abrió. De la puerta salió él y me miro serio. Movio la cabeza indicándome que pasará a su oficina y yo solo sonreí a Smith en agradecimiento y camine a la oficina. Al entrar Henry cerró la puerta de tras de mi y me jalo a él en un abrazo donde me mantuvo en el aire y dio vueltas conmigo en sus brazos.

-Te amo, te amo, te amo. Eres lo mejor que me a dado mi padre.-Me dio múltiples besos en la cara mientras decía eso y yo no sabía que mierda estaba pasando. Solo pensaba en dos cosas. Él, él me esta cargando como si de su peluche favorito de la infancia se tratara. Y ¿Por qué diablos tiene que oler tan exquisito? .

-¿Qué te pasa?.-Cuando hable él dejo de darme vueltas y me miro directamente a los ojos. Esa mirada no sabía si me daba miedo o me gustaba. Y es que era seria, dictaba atención. No es como si también pretendiera quitar mi mirada de sus ojos.

-¿Ya te dije que te amo?. -me dijo mirándome a los ojos.

-El sexo debió ser muy bueno ¿verdad?

-Sí, ¿Cómo lo supiste?. -Preguntó con sarcasmo, yo solo le hice la seña que me bajara y él sonrió con pena.

Al fin me bajo y cuando lo hizo note que mi vestido se había arrugado y se había subido demasiado. Henry me recorrió con la mirada pero rápidamente volteó a otro lado. Yo rápidamente baje mi vestido y lo acomode.

-¿Cómo supe qué? ¿Qué te gustaría o qué sería bueno?

-Ambas. -Se sentó en su escritorio y yo me senté del otro lado.

El Mujeriego Es Mi Prometido (editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora