Capítulo 39

2.4K 175 7
                                    

Desperté desnuda, en una cama que conocía bien, las sábanas apenas cubrían mi cuerpo. Voltee a verlo y de igual forma él tampoco estaba cubierto. Y aún que habíamos tenido sexo en la noche, mi cuerpo quería más y estaba vergonzosamente húmeda. Definitivamente no sabía si era por el hombre a mi lado y lo bueno que era el sexo o que mis hormonas estaban alteradas.

Me acerque a él, pero se encontraba muy dormido así que decidí acercarme aún más. Metí mi mano debajo de la sabana justo donde se encontraba lo único que no lo hacía estar desnudo. Acaricie un poco y él respondía, pero mi rubio hermoso ni siquiera se movía.

Decidí subirme a él en forma de abrazo y para ser sincera me frote un poco contra él antes de susurrarle.

—Por favor despierta, necesito que me folles. Y no quiero verme como una acosadora. —me dí cuenta que no despertaba así que decidí levantarme.

—Hey, ¿a dónde vas? ya nos despertaste, ahora, rozate cuanto quieras muñeca — sus manos agarraron mi cara que se encontraba con todo mi cabello desastroso, me acercaron a él y me beso.

Aún que, no tenía los ojos abiertos aún yo me senté un poco más en su cuerpo y mientras me besaba me movía en su abdomen para sentir roce. Una de sus manos abandono mi cara para ir a mi trasero y apretarlo.

Sentía como todo mi cuerpo revolucionaba así que comencé a hacer movimientos más intensos y a ir bajando. Con una de mis manos revise que tan listo estaba y ya era el momento. Entro en mi despacio quería que ya abriera esos ojos azules que me volvían loca.

—Abre, los ojos. Ahora o ya no me moveré lo prometo.—sus manos intentaban moverme al igual que él que hacía movimientos.

—A con que no vas a ceder ¿verdad bruja? —abrió los ojos y de forma rápida me quito de encima suyo para moverme a un lado. —Boca abajo señorita ahora.

Mi corazón comenzó a palpitar de forma sublime, quería esto ya. Así que hice lo que dijo. Con uno de sus dedos comenzó a acariciar toda mi espalda y cuando pasaba por mi trasero lo tomaba de forma fuerte. Justo cuando comenzaba a desesperar tomó mis caderas y las levanto. Mi cabeza estaba en el colchón, mi trasero estaba levantado a él. Grotesco tal vez, delicioso obviamente. Hasta ustedes lo sienten no lo nieguen.

—Pero si la bruja tiene un río entre las piernas, bueno cariño es momento que te ayude con que haya algo duro ahí.

En ese momento sentí como entro si pensarlo y comenzó la verdadera fiesta, yo acercaba cada vez más mi trasero a él y me inclinaba, una de sus manos movía mi cuerpo para seguir  el ritmo y la otra tomaba mi cabello en una coleta.

Podía sentir que mi corazón iba rápido y pegaba duro contra mi pecho. Sentía que pronto me vendría cuando paro.

—¿Pero que diablos? —dije indignada.

Él tomó rápido mis caderas y me puso de frente a él.

—Mi hermosa bruja me encanta ver tu rostro así que cuando terminemos será mientras te miro a los ojos.

Si lo sé tenía una obsesión verme a los ojos en ese momento, algo que no negare también a mi se me había hecho costumbre. Tal vez era por que la sensación era más fuerte.

******

La oficina era tal vez lo único que no hacía que Henry y yo estuviéramos como puertos recién conociendo el sexo.

Me encontraba en una nube de idiotez recordando la mañana de hoy. Smith tocó la puerta. Solo le dije que si y su mirada estaba asustada,  entró a pasos lentos e hizo esa mueca con la boca que siempre hacía cuando estaba nerviosa. Se paro frente a mi escritorio y comenzó a jugar con sus dedos.

El Mujeriego Es Mi Prometido (editando) Where stories live. Discover now