Capítulo 66

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Dilemas y Aleck

Vayolet

—¿Planeas decirme que te sucede?—me pregunta. Dejo de mirar mi comida para verlo. Sus ojos me estudian detenidamente.

—Nada. Estoy bien. —le digo para tranquilizarlo pero estoy todo menos que bien y eso es algo que él sabe por eso pregunta.

—Mi preciosa, preciosa bruja. ¿Cuando entenderás que puedo leer tu alma? —me dice tomando mi mano en un suave apretón.

Le sonrió porque eso ya lo sé, sé que puede leer mi alma y algunas veces creo que hasta lee mis pensamientos.

—Estoy un poco confundida.

—Se que ya pasó un día y te prometí no tocar el tema. Pero, amor sé que Camille dijo algo que te atormenta.

Claro que dijo algo que me atormenta,  más bien dijo muchas, muchas cosas que me atormentan, pienso sin poder evitar recordar todo lo que dijo y como se supone que tengo que actuar con normalidad.

—¿Es importante?—le preguntó

—Vayolet todo lo que signifique cualquier tipo de sentimiento para ti es importante para mí. —toma con su mano mi barbilla y puedo sentir la tranquilidad que él emana.

—Eso es dulce incluso para ti. Ya no tienes que seducirme príncipe, está bruja ya está a tus pies. —le digo burlona y sonriendo.

—No, aun no estas a mis pies. Y aunque fuera así no soy tan torpe como para dejar que olvides por que soy yo al único que encuentras encantador.

Me levanto de la silla y me acerco a él, me mira con detenimiento. Siempre esa mirada sedienta que me encanta.

—Bueno es una suerte que entiendas que no sólo te conservo por tu hermoso rostro. —le digo de forma seductora sentándose en sus piernas.

—Ah no, yo sé que no es por eso se de sobra que me conservas—con su mano me acerca a él y susurra en mi oído—por qué follo muy bien.

Le sonrió porque no puedo evitarlo, él de verdad jamás va a superar que grite eso en la oficina.

Paso mi lengua por mis labios porque siempre termino siendo envuelta en sus palabras y en su sutil toque para ponerme en segundos.

—No mentía. Pero tal vez si sigues tan egocéntrico al respecto podría ser que deje de creerlo.—trate de verme pensativa para que el de verdad pensara que ponía en duda lo que era obvio. Pero me era imosible no decir las palabras sin sentir que se escaparía una risa o algo.

—¿Estas diciendo que no follo tan fantástico como lo recuerdas?—me dice sonriendo aun que su tono es como si hubiera traicionado su ego.

—Han pasado bastantes meses sin que me folles tal vez perdiste la práctica cuando probaste con otras.

—¿ahora insinúas que estuve con otras?—me toma de la cadera con fuerza y su mano en mi cabeza se enreda en mi cabello. Sonrió sin poder evitarlo

—No te culparia fueron largos meses.—comentó lo más seria que puedo y de una forma muy relajada y eso solo es porque sé que este hombre no salió con ninguna mujer mientras desaparecí. No es tan estúpido algo por lo que me encanta

—¿tú estuviste con otros?—dice y puedo ver su ceño bajar suavemente aunque lo intenta disimular con su sonrisa de lado. Me acerca más su hermoso rostro y su aliento me roza la cara. Estamos tan seca que nuestras respiraciones se juntan.

El Mujeriego Es Mi Prometido (editando) Where stories live. Discover now