Hielo

676 48 3
                                    

23 de diciembre. 

"En esta carta, quiero pedirte, nuevamente, perdón por mi comportamiento tan tonto e inmaduro, creo que son los nervios de tenerte aquí de nuevo que no me dejan hacer las cosas que realmente quiero hacer, ni decir las cosas que realmente quiero decir. Me vuelvo más tonta y no lo puedo evitar, lamento hacerte pagar por eso. 

Me gustaría que tuvieras el poder de anular cada cosa mala que digo, a veces no lo digo con intención, a veces quiero solo seguirte el tonto juego, que sé, comencé yo, pero me puedo exceder o decir cosas que realmente te duelen, no es mi intención, en ningún momento, hacerte sentir mal. Al contrario, quiero que te sientas bien, en tu hogar, pero creo que no estoy ayudando en eso y de nuevo, lo lamento. 

Sin embargo tu no tienes que perdonarme nada, porque he sido una tonta y me hago cargo, pero no me gustaría que estuvieras molesta conmigo para estas fechas, ¿podrías hacer una tregua un par de días? después si quieres me tiras una bomba y me matas, no lo sé, lo que tu quieras.

Hay muchas cosas que quiero decirte, pero aun tengo que pensarlas bien, no quiero arruinarlo o decir las cosas equivocadas, esperaré al momento indicado (y si, dicho momento indicado si existe, es una fecha específica, así que no creas que dicho momento se extenderá por la eternidad, no, claro que no)

Y no, no me voy a despedir, porque estoy aquí, a tu lado, o al frente, o donde sea pero en la misma habitación que tu, sería tonto despedirme."

Miré a Camila, quien estaba ahí, frente a mi cama. 

—¿Entonces?

Elevó sus hombros.

—Yo no estoy molesta contigo, no necesitamos ninguna tregua, en realidad tampoco querría matarte, porque...te quiero bastante y sería ilógico.

Sonrió.

—Pero si te disculpo, aunque no tienes que disculparte, sin embargo lo hago y...esperaré ansiosa a que me digas todas esas cosas que tienes por decirme.

Asintió.

Y se fue.

Así, ahora Camila se volvió muda o algo por el estilo. No sabía que le sucedía, pero no estaba tan seria.

En la noche tendríamos cena y yo estoy un poco nerviosa, de seguro se verá preciosa.

Mhm, no falló en hacerme quedar sin respiración.

Era de noche y afuera nevaba, pero aquí adentro estaba muy cálido, ella se veía preciosa en un vestido blanco, yo llevaba uno amarillo que era muy bonito.

Casi tropecé en el último peldaño, pero Markus me ayudó.

Todos me miraban y yo me sentía muy nerviosa.

—Que manera de tardar. —Camila me miró seria, luego me sonrió

Me sonreía, a mi. 

—No quería verme desastrosa.

Negó.

—No, no, te ves muy bien Lauren. —Puso su mano en mi hombro

Reí nerviosa.

—Tu te ves preciosa.

Rápidamente se puso colorada y yo sonreí.

—Quiero el beso. —Pasó Chris con su celular

Camila me miró y negó tímida, pero besó mi mejilla.

Y eso, fue suficiente. 

Fue lo justo y necesario para comenzar a romper ese enorme trozo de hielo que había entre nosotras.

Y fue lo necesario para la cena de hoy y la del 24. 

Tu Eres Mi Princesa 3 (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora