No entiendo.

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15 de noviembre.

Desperté no sabiendo nada, tuve que pestañear varias veces para poder aclarar mi borrosa visión, me dolían los nudillos y no sabía por qué, cuando levanté mis manos miré que tenía unas vendas en ellos, como si fuera una boxeadora.

Suspiré, no recordaba nada.

Me intenté sentar, pero tenía un pie amarrado a mi cama.

Odiaba que me amarraran a la cama, así que por esos supuse que tuve un ataque de ansiedad.

Miré la hora, eran las ocho y media de la mañana.

Quería ir al baño, tenía hambre, pero no me podía mover, me provocaba mucha ira estar en esta situación.

Camila no estaba de regreso aun, esperaba que viniera en la tarde o mañana, pero que por hoy trajeran a las niñas.

Gateé hasta los pies de la cama y de ahí bajé un pie al suelo  me estiré hasta la puerta, casi degollando mi pie para abrirla.

—¿Hay alguien ahí?

En a curva del pasillo vi la espalda de alguien, era Daniela quien se asustó.

—¿Qué pasó? —No tenía buena cara

—No sé, ¿estoy amarrada a mi cama tal vez? ¿qué me sucedió en las manos? ¿le pegué a alguien?

Ella cerró la puerta y me pidió que me acostara, ella misma me cubrió e hizo una llamada, simplemente dijo "puede pasar"

—¿Recuerdas algo, Lauren?

—No, por esto te pregunto. —Acomodó mis mantas, parecía una niña con los brazos cubiertos y todo

Aclaró su voz y noté sus ojos llorosos.

—Mira, ayer tuviste una reacción natural al sentimiento de tristeza, rabia y duda, tuvimos que sedarte dos veces porque cuando despertaste por primera vez comenzaste a golpear cosas y te hiciste un poco de daño, por eso te sedamos una segunda vez, para que te calmaras, para que estuvieras bien...sin embargo hay algo que debes saber, que ya todos sabemos, pero que no corresponde que yo te lo diga, porque ahora soy tu enfermera, si tu quieres puedo ser tu amiga, pero alguien más cercano y que siga el sistema protocolar que ustedes tienen tiene que darte la noticia como corresponde, porque si te soy sincera, yo no podría decirtelo.

Enmarqué mis cejas.

—No entiendo.

Rió entre lágrimas.

—Tampoco yo. —Su voz se quebró y salió, dejando antes un beso en mi frente y una caricia en mi mejilla

Me quedé un momento a solas, pensando en que rayos había sucedido, pero tocaron la puerta.

—Adelante. —Ni siquiera levanté la cabeza para ver quien era

Estaba con la cabeza apoyada en la almohada mirando como llovía.

—Lauren. —Una voz masculina y rota habló erizando todos mis vellos

Sentí como sorbía su nariz.

Me giré para ver a Josh y a Sofia vestidos completamente de negros, en abrigos largos y guantes de cuerina, me sorprendió el hecho de que llevaran lentes de sol.

Reí.

—Parece que se les perdió el sol. —Me senté en la cama

No se rieron.

Josh sacó sus lentes y dejo ver sus ojos rojos.

—¿Qué te sucedió? ¿hay algo mal? —Comenzaba a preocuparme

Aclaró su voz y asintió.

—No...no hay manera sutil de decir esto Lauren, no hay manera de que no duela, sé que te vas a poner mal, incluso peor que nosotros si que es eso posible.

Miré a Sofía, las lágrimas caían por su carita.

—¿Les pasó algo a las niñas? —Cubrí mi boca con mis manos

—Ayer Camila tuvo esta idea de salir a dar un paseo sola por París y a eso de las siete con minutos estaba en el Museo del Louvre y un hombre...bueno —tosió—. Un hombre le disparó en la cabeza

Un hombre le disparó en la cabeza a Camila.

—Así que...Camila se ha ido.

—¿A donde?

Josh rió amargamente.

También reí.

—No creí que te gustaran los chistes negros, Josh. —Sonreí

—No, no es un chiste Lauren, tu realmente vas a tener que ser muy fuerte para tomar el lugar de Camila, para dar el discurso en cadena nacional.

Lo miré con confusión.

—¿Y por qué Camila no puede trabajar más?

—Porque ella no ha sobrevivido al impacto de bala que le atravesó la cabeza.

El hecho de que Camila haya partido de este mundo ya era desgarrador, pero ver a Lauren así, acostada en su cama, sonriendo porque pensaba que todo era un chiste me partía el alma.

Entendía que no lo asimilaba bien porque estaba en shock, lo entendía perfectamente, de otra manera ella estaría llorando o gritando y no estaría riéndose.

Salimos de allí dándole tiempo para pensar, sin embargo no nos fuimos, nos sentamos en una sala que había allí y yo abracé a Sofi quien comenzó a llorar con fuerzas.

En las noticias mostraban  cuando la ambulancia se llevaba el cuerpo de Camila, la mostraban borrosa en el momento que las cámaras de seguridad la captaron en el suelo con la bala en la cabeza.

—Estará todo bien. —Besé su frente

Solo nos quedaba esperar, todo ya estaba en marcha para la ceremonia del funeral.

Recibí una llamada y como era de Alex me alejé para contestar.

—¿Qué pasó?

—Ya está el certificado de defunción de Camila, su cuerpo dejó de...funcionar, se puso azul, la vi y tiene una herida en el costado de la cabeza, nada más. —Sentí como sorbía su nariz

—¿Su cuerpo está tibio? porque tenemos que vestirla y yo no quiero que tengan que fracturar su cuerpo.

—No, te dije que está helada, está rígida, yo tampoco quiero que la fracturen, sin embargo es lo que vamos a tener que hacer, los doctores le sacaron la bala de la cabeza y aun buscan al responsable.

Suspiré.

—Si Camila no hubiese salido sola, si no hubiese ido ahí, ella ahora estaría aquí con nosotros, con Lauren, no lo puedo creer.

Ambos nos escuchábamos llorar.

Era una pesadilla, yo vi crecer a Camila, Lauren debe estar devastada.

Lauren esta devastada porque vi como las enfermeras corrieron a su habitación ya que se escuchaban golpes y gritos.

Era tarde, yo aun no podía creerlo, era una mierda que yo tuviera que dar el mensaje de desgracia al país.

Que mi esposa se había muerto y yo no le pude decir que la amaba, la culpa me acompañará hasta que me muera.

Si yo no hubiese estado en esa jodida clínica, hubiese tenido la oportunidad para decirle cuando la amaba sin sentir que me iba a rechazar.

En medio del mensaje me rompí, pero no grité, simplemente unas lágrimas cayeron por mi rostro, terminé, se apagaron las cámaras y yo salí corriendo, corrí y corrí hasta la torre más alta.

Yo no podía vivir si no tenía a Camila, yo no puedo seguir adelante si no la tengo a ella, no puedo si no sé al menos que ella y yo estamos en el mismo planeta.

Todavía no sabía como le daríamos la noticia a las niñas, yo no lo entendía.



Tu Eres Mi Princesa 3 (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora