Ataque.

468 35 6
                                    

18 de diciembre.

Efectivamente ahora podía confirmar, incluso apostando mi cabeza, que Camila ya no me ama. Ni una sola gota, absolutamente nada.

Nada, nada, ni una pizca de sentimiento tiene por mi.

Su carta me dejó completamente destrozada, tanto así que sentí la necesidad de destrozar algunos de mis cuadros.

No quería verme, no quería sentir pena o lastima por mi.

¿Por qué Camila?

Rápidamente casi me golpeé.

—¿Cómo qué por qué? ¡Eres una estúpida!

Mi cabeza fue a dar a la pared.

—Todo es tu culpa, eres una imbécil, eso es todo lo que eres, ¡una jodida buena para nada! —Corrí y me lancé contra la puerta, la cual justo en ese momento se abrió, dejándome pasar volando para golpear a alguien y terminar por azotarme la cabeza en la muralla del pasillo

Miré hacia arriba y una cara decepcionada me miró directo a los ojos.

—Hay que sedarla —dijo Daniela

Y antes de que pudiera correr, ya me habían pinchado feo.

Ese maldito sonidito beep me molestaba de sobremanera.

A mi lado, Daniela.

Me miró con pena y suspiró.

Momento, no, eso no era pena, estaba lejos de ser pena.

—Deja de arruinarlo, Lauren, solo te harás más daño.

Miré un punto fijo en la pared y me obligué a no llorar.

Intenté moverme, pero estaba atada.

—Estás tan cerca de lograrlo y te empeñas en tirarlo todo por la borda, deja de hacer eso o te quedarás aquí hasta que seas una vieja de mierda de setenta años y todos te hayan olvidado.

Me quedé mucho rato en silencio.

—Ella ya no quiere venir a verme. Camila ya no me ama y no hay nada que yo pueda hacer en realidad.

Sentí su mano cálida acariciar mi mejilla por donde iban un par de lágrimas y la besó.

—Lauren, ella te ama, ella está enamoradísima de ti, ¿qué te hace pensar eso? ¿el no presentarse? eso es una burrada, una...cosa tan pequeña, tan absurda, no dejes que eso te haga creer que ella no te ama.

—¿Por qué no viene entonces? ¿por qué tiene a alguien que la visita todos los días y que la hace feliz? su nuevo guardaespaldas la debe hacer mucho más feliz y si me engaña, ni siquiera la podría culpar, ¿quién no lo haría en una situación así? la defraudé, los defraudé a todos, sobretodo a Camila, a quien más amo y yo ya no sé como solucionar todo esto, solo quiero salir de aquí y estar con ella, pero ella ya no me quiere.

—Me dices eso y te parto la cabeza, ¿me oyes? Si realmente quieres hacer algo, Jauregui, recuperate y sal de este asqueroso lugar con la cabeza bien en alto, porque ningún papa frita es competencia, por favor, ¿ella escogería a cualquier pelmazo sobre ti? no lo creo, no se es tan estúpida en esta vida, aunque te hayas metido mierda, no tienes competencia.

—No solo me metí mierda, la cagué también.

Eso nos hizo reír a ambas.

—¿Ya me sacas de aquí?

—Con una condición, si vuelves a hacer show, me encargaré de que te quedes aquí cuatro meses más de tu tiempo correspondido, ¿me oyes?

Asentí rápidamente, me soltó y me llevó a mi habitación, yo me di una ducha y me metí a mi cama a dormir. Quería descansar plenamente para evitar pensar.

El problema es que aun durmiendo, ella se me aparece. 





Tu Eres Mi Princesa 3 (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora