Enamorada/2da carta de Lauren

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03 de septiembre.

"Querido diario, 

Tengo una mezcla de emociones en mi interior, como es costumbre desde hace unos meses, hoy nuevamente es por Camila.

Es que recibí una carta suya.

Y no lo sé, estoy feliz de que me escriba, es la segunda carta, en ellas hay palabras de preocupación, dice que le cuente como me va, pero de un modo u otro lo siento muy frío, como si tuviera que escribir las cartas por obligación y eso me entristece mucho.

¿Acaso ella ya no me quiere?

Porque cuando me llegan sus cartas siento cosquillas en todos lados, no puedo dejar de sonreír y me pongo colorada como un tomate.

Y es que tengo la ilusión de que plasmadas en la hoja vengan un montón de palabras de amor, pero no es así, no he recibido ningún "te amo" o "te extraño" ni nada parecido.

Temo a que ya no me quiera, a que ya no me ame, ¿y si no está enamorada de mi?

Mi mundo se viene incluso más abajo de lo que ya está con tan solo pensarlo.

¿Sentiría esas cosquillas cada vez que piensa en mi?

¿Sentirá aun por mi todas esas cosas que cuentan en las canciones de amor?

¿Pasará horas pensando en mi como yo en ella?

¿Sonreirá ampliamente cuando recuerda mis labios en los suyos y mis manos en su cuerpo?

Me desespera siquiera pensar que ya no me ama, porque yo estoy enloqueciendo aquí por ella.

Realmente espero que me ame tanto como yo la amo."

Cerré mi diario y sequé mis lágrimas, tenía miedo.

No soportaría la idea de que Camila no me amara más.

Desesperada comencé a rasguñar mi piel en las manos, en la cara y en los brazos, pero alguien hizo que me detuviera.

Daniela, como siempre. 

Es que creo que había ido un poco lejos, me estaba haciendo daño.

—¿Quieres hablar de lo que te sucedió? —Allí estaba mi psicóloga al lado de Daniela

Negué, jugando con la bolsa del té.

Estaba en mi cama mirando por la ventana.

—Tal vez recordaste algo o te sentiste de cierta manera que te llevó a otro lugar...

—No fue eso —respondí seca.

Sentí un suspiro y la puerta cerrarse.

Dejé el té al lado y me arropé, la cama era pequeña, pero aun quedaba un espacio a la orilla.

Los recuerdos con Camila me invadieron.

Recordaba esas veces en Colombia cuando dormíamos en esa diminuta cama que a Camila le encantaba, ella decía que era porque estábamos más juntas, nos dábamos calor y muchos besitos allí abrazadas bajo las sábanas. Me encantaba acurrucarme contra ella y a ella le encantaba usarme como refugio. Acariciar su cabello largo y ondulado, pasar mis yemas  por su mejilla, acercarme lentamente en busca de un beso suave y tierno como nos gustan, sus manos en mi cuello y las mías en su cintura.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, me hundí en la almohada.

—¿Qué te causa tanta pena, Lauren?

Mierda, Daniela no se había ido.

Me quedé en silencio y sentí un peso en la cama.

—¿Lauren?

Tu Eres Mi Princesa 3 (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora