Viva.

499 42 0
                                    

18 de noviembre.

Salí y todos en el salón giraron a verme, estaba lleno de gente importante y yo me sentía tímida.

Sin embargo comprendieron sin yo tener que hablar y me siguieron los de la familia.

Cuando entramos de regreso a la habitación había un pálido y tembloroso Josh.

—¿Qué te pasa? —susurré a su lado

—Tengo...tengo que ir al baño, no hagan nada, no la metan al ataúd ni nada hasta que yo regrese, ¿me escuchaste bien?

Asentí y él salió corriendo, un poco desorientado.

Tomé a Fiorella en mis brazos, papá tomó a Cameron para que pudieran ver a su madre.

Eran totalmente conscientes de lo que pasaba. Se estiraron para acariciar y besar sus mejillas.

—¿Cuándo se va a despertar? —Cameron me miró a los ojos

Mordí mi labio.

No me gustaba que me viera llorar, ellas no habían llorado absolutamente nada.

—No mi amor...mamá ahora está durmiendo en un lugar muy bonito, ya no estará con nosotros, pero nos estará cuidando siempre.

Enmarcó sus cejas.

—Claro que no, ella va a despertar, de verdad —susurró en mi oído—. Solo hay que esperar un poco, está aquí

Negué.

—No Cameron, solo su cuerpo está ahí y ella no va a despertar, por eso hay que dejarla descansar

Acaricié su mano y ella rió.

—Ella no está descansando, no esta dormida. —Insistió

—¿Quieres que salgamos?

Me llevé a las niñas para afuera, caminamos un ratito y me encontré a Josh hablando un poco exaltado pero en susurro con Alex.

Me miró una vez, pero me miró segunda vez y por más tiempo.

—¿Qué pasa? ¿por qué saliste así?

—Hay que...hay que posponer esto.

—Josh, enloqueciste. —Alex negó con la cabeza

—No, de verdad, no podemos meterla en el ataúd...no podemos.

—¿Verdad? dile a mamá que ella va a despertar. —Insistió Cameron

Josh la miró unos segundos.

—Cameron, ella...ya te lo dije, puede que no entiendas muy bien, pero ella no va a despertar.

—Si, si que va a despertar, Josh lo sabe. —Cameron sonrió

Me las llevé y tuve que explicarles nuevamente que Camila estaba muerta, que la íbamos a poner en un cajón y que la íbamos a dejar bajo tierra con muchas flores.

Pero Cameron insistía en que iba a despertar, que teníamos que dejarla sola para que pensara.

—Diles que salgan, que la dejen tranquila, quiere estar sola.

Ante tal insistencia tuve que pedir que la gente saliera de la habitación en donde estaba Camila para que la dejaran sola, pero yo me quedé con ella.

—Camila por favor, no sé que hac...—Josh entró rápidamente hablando en susurró, un poco desesperado

Me vio y se paró en seco.

—¿Quieres que me vaya para que...le digas cosas?

Asintió, un poco asustado.

Me acerqué y puse mi cabeza en su pecho.

—Te amo —susurré y acomodé sus brazos—. Está helada de nuevo

—Está helada desde antes del balazo...con lo friolenta que es.

—No digas balazo, no me gusta, di accidente.

Asintió y salí a pensar un poco. Cuando todos se fueran llevaría mi luto real y podría llorar en paz, gritar, maldecir y romper cosas, por ahora me quedaba aguantar, fingir fortaleza y comportarme como una Reina frente al resto del mundo, caminar erguida, hablar bien, como siempre tuvo que ser.

—¿Ya se despertó? —Tomé a Cameron entre mis brazos

—No mi amor, no se despertó —suspiré cansada

—Cuando lo haga no te asustes, ¿de acuerdo?

—A ver, ¿por qué dices que se va a despertar? ¿no te quedó claro? —Acomodé su cabello

—Si, si me quedó claro que los muertos se entierran y no se ven más nunca, pero mamá no está muerta y no hay que enterrarla y la veremos de nuevo, ya sabes, ella está semi dormida, porque ahora está despierta y está hablando con Josh.

Reí y la dejé con Miriam.

Sin embargo corrí a donde estaba Camila, era idiota porque le estaba creyendo a una niña que ni siquiera tenía dos años y hablaba disparates.

Abrí la puerta, o eso intente porque estaba con seguro.

—¡Josh! —Golpeé repetidamente la puerta

Él vino corriendo, asustado.

—¿Qué pasa? —Me abrió 

—Yo...¿estás bien? creí que

Me hizo pasar y cerró la puerta.

—¿Que creías?

Pasé mi mano por mi rostro.

—Cameron me está diciendo esto de que Camila está viva, que tenemos que dejarla sola para que piense, ella cree que Camila no está...ya sabes, muerta, cree que volverá e insiste con eso, vine corriendo porque me dijo que ahora estaban hablando ustedes dos, me dijo que no me asustara cuando eso pasara.

—Bueno...es su hija y puede que aun no comprenda que...

—Me dijo que si entendía, ella misma me dijo que sabía que los muertos se enterraban o se quemaban y que no aparecían nunca más, pero que mamá estaba ahí, viva, que ni siquiera estaba durmiendo, que no está descansando y yo le creí y vine...que tonta soy. —Sollocé

—No, no, no eres tonta, todos creemos en el fondo que ella va a regresar, que no está muerta y...

Tocaron la puerta, eran los del ataúd.

—Queremos esperar más tiempo, nos queremos despedir de ella en familia, personalmente, antes de...antes de que procedan a meterla en el ataúd.

Los hombres asintieron y se retiraron.

—Yo...yo me iré también, te voy a dejar con ella.

Asintió.

—Pero no te pierdas tanto, tengo que hablar contigo luego.

—Está bien —caminé hacia Camila—. Se le abrier...¡ah!

Di uno de los gritos más grandes de mi vida al ver como se le abría el ojo izquierdo completamente. Estaban azules.

—Mierda, me asustaste. —Me regañó susurrando

Me apoyé con la cabeza en la pared.

—Casi me morí yo —dije con una mano en el corazón.

—A ver, aguanta, tienes que aguantar, no te puedes asustar así de fácil. —Enmarcó sus cejas

Yo salí de allí con el alma en un hilo.

Verla así, mirando fijamente hacia la puerta con los ojos completamente abiertos y azules, tenía la sensación de que Camila estaba enojada.

Me recorría un frío horrible por la  espalda.

Tu Eres Mi Princesa 3 (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora