Cuestion de Tiempo

1.5K 118 15
                                    

Me siento tal como aquel novio adolecente que se queda a dormir en casa de su novia sabiendo que su padre le ha amenazado con ni siquiera atreverse a tocarle un pelo a su hija. Los ejercicios de relajación no funcionan, y el entrar a la habitación no ayuda mucho.

-¿Podrías relajarte?- Me pide una vez mas mientras mis ojos observan la habitación detenidamente.

Esta perfectamente decorada con colores tierra, y la cama parece ser muy cómoda. Dejo las maletas a un lado y no sé muy bien qué hacer.

-Estoy muy tenso.- Comento ya que su mirada no se aparta de mí.

Ella ríe y camina hacia mi –Ya me di cuenta.- Dice mientras lleva sus brazos por encima de mis hombros y sonríe. -¿Quieres que te ayude a relajarte?- Propone provocativamente.

Me encanta la idea, pero no creo que funcione.

-Cariño, estoy muy nervioso... tu padre me matara; lo sé.- Le confieso y al parecer mis palabras le hacen reír.

-No te va a matar. En el fondo está feliz de que será abuelo, y hasta me atrevería a decir que le caes bien.- Me dice mientras que sus dedos se van enredando en mi cabello.

-En año nuevo me mata.- Digo entre risas.

-No lo hará. Ahora ven, déjame que te ayude a relajar.- Me dice y quita sus brazos de mis hombros para sujetar mis manos y tomarlas entre las suyas.

Sin soltarme, hace que camine hacia la cama y me pide que me tumbe boca abajo -¿Qué haras?- Pregunto cuando le veo quitar sus zapatos.

-Ya veras, tu déjate llevar.- Me pide.

Cierro mis ojos y respiro profundo, hasta que siento como se acomoda sobre mi sin apoyar el peso de su cuerpo sobre el mío con ayuda de sus rodillas. De repente, siento como sus manos van subiendo mi camiseta lentamente hasta que me la quitan.

-Cariño...- Comento.

-Shhh... no digas nada.- Interrumpe.

Respiro profundo y voy dejando que mi cuerpo se relaje hasta que siento como sus perfectas manos comienzan a masajear mi espalda. Comienza por la parte alta de mi espalda, y poco a poco va bajando. Se siente tan exquisito... -Déjame consentirte.- Me dice al oído y solo puedo dejarle hacer lo que ella guste.

-Haz lo que quieras de mi.- Comento haciéndole reír.

Tiene manos mágicas... me relaja tanto...

-Date la vuelta.- Me pide y cuidadosamente hago lo que me pide para quedar boca arriba.

-Tienes manos mágicas.- Comento mientras que masajea mi torso.

-Me encanta todo de ti.- Comenta mientras viaja por mis pectorales y yo siento morir.

-Amor...- Logro decir incoherentemente, ya que todos mis sentidos están reaccionando ante su perfecta manera de tocarme.

-Eres tan guapo...- Comenta haciéndome sonreír, pero mi sonrisa se torna en nervios cuando sus dedos desabrochan mi cinturón.

-Cariño, me mataras.- Digo agitado, pero a ella parece no importarle ya que sigue con su tarea y desabrocha mi pantalón.

Como puedo llevo mis manos hacia ella y quito su sweater –Te amo.- Me dice mientras baja mi pantalón, y luego quita su blusa.

Lentamente ella quita mi ropa hasta dejarme en bóxer, y luego hace lo mismo con su ropa hasta quedarse en lencería frente a mis ojos -¿Más relajado?- Pregunta pícaramente luego de acomodarse sobre mí.

-No estoy seguro... intento no pensar en que nos pueden escuchar.- Bromeo.

Ella no dice nada, solo se inclina sobre mí y me calla a punta de besos.

Mis manos viajan por su espalda mientras nos besamos y así sin dejar de besarla, desabrocho su sujetador y se lo quito.

-Eres tan bella...- Comento sin dejar de acariciarla.

-Tú mucho más...- Dice agitada y de alguna manera terminamos girando en el colchón para que sea yo quien quede sobre ella.

Sin dejar de besarnos y tocarnos, terminamos de quitar las pocas prendas que quedan en mi cuerpo y el suyo para así fundirnos en uno. Me encanta cuando se pone traviesa, pero hoy es una de esas noches que no puedo terminar de disfrutar del todo por esta pendiente a que fuera de esta habitación no se escuchen los ruidos provenientes de nuestras bocas.

-Relájate y hazme el amor como tú sabes.- Me dice al oído haciéndome reír.

-Vale...- Digo y haciéndole caso, aumento la intensidad de mis envestidas provocando que el placer termine de apoderarse de nosotros.

[...]

-Sigues tenso.- Dice entre risas cuando nos abrazamos después de nuestro momento de pasión.

-No es fácil hacerte el amor sabiendo que mis suegros están a una habitación de nosotros...- Le explico haciéndole reír.

-Amor, somos dos adultos que saben muy bien lo que hacen, y no te preocupes que pueden imaginarse que no estamos rezando precisamente.- Me explica entre risas y ahora sí que no puedo parar de reír.

-Vale, me quedo más tranquilo.- Digo sarcásticamente.

-Relájate y disfruta. Ya mi padre te amara, veras que si...- Me sugiere.

-Lo intentare... quizás mañana todo sea un poco más tranquilo.-

-Lo será, ahora solo descansa y abrázame...- Me pide.

-Lo intentare cariño, te amo.- Digo mientras se acomoda sobre mi pecho.

-Yo mas a ti... -

Quizás ella lleve razón, supongo que es cuestión de tiempo para que dé a poco su padre termine de aceptarme y comprenda lo mucho que amo a su hija y a su nieta.


9 Meses Para Enamorarte [Pablo Alborán] [TERMINADA]Where stories live. Discover now