Dulce Venganza (Parte 1)

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Me miro en el espejo después de que Tania termine de maquillarme y peinarme. Labial rojo y ojos con tonalidades naturales. Mi boca es un foco de atención que de alguna manera me encanta; mis ojos parecen más grandes, y es que si... mi amiga es la mejor en la materia. Miro mi larguísimo cabello castaño y está perfectamente peinado con ondas que lo hacen ver con más volumen y funciona como un marco para mi rostro. –Vaya amiga... que bueno trabajo.- Comento mientras sigo observando su obra maestra.

-¡Gracias!- Dice con entusiasmo y saca un vestido de mi guardarropa. –Y ahora este vestido y estos zapatos.- Explica sacando unas sandalias del mismo lugar.

-¡¿Qué?! ¡No! Con ese vestido no puedo utilizar sujetador.- Le explico al ver que el vestido tiene un gran escote en la espalda.

-Por eso mismo, lo vas a enloquecer... cuando se imagine que no llevas sujetador puesto se va a volver loco.- Me dice con ese tono de voz digno de una película de suspenso.

-La loca aquí eres tu; voy a casa de su familia...-

-¿Y qué? Estas embarazada y el vestido es suelto; puedes decir que es lo más cómodo que encontraste.- Explica y me sorprende su nivel de convencimiento.

-Vale, dámelo.- Digo dándome por vencida y ella sonríe triunfante antes de salir de la habitación para que me cambie.

Quito mi albornoz, el sujetador que con tanto esmero había escogido, y me coloco el vestido corto color negro. Me miro en el espejo una vez más y quizás Tania lleva razón; me queda mejor que cuando no estaba embarazada. Me siento en el borde de la cama y me coloco los tacones altos que ha escogido. Debo admitir que me veo increíble...

Abro la puerta de la habitación después de haber cambiado las cosas de un bolso al otro y al verme, Tania sonríe triunfante. –Pablo va a sufrir...- Dice como si estuviese cantando y rio ante su comentario.

-¡Eres malvada!- Le replico entre risas.

-Lo sé... suerte esta noche.- Dice antes de despedirse de mí.

[...]

No sé si es porque cenare con su familia, o es porque estoy vestida así, pero los nervios que siento al golpear la puerta de entrada son demasiados. Observo a mi alrededor y la casa es preciosa; toda blanca, de dos pisos y con un portón gigante en la entrada el cual ya estaba abierto en esta ocasión y supongo que era por mi llegada.

La puerta se abre, y ahí está el; vaqueros oscuros y camiseta blanca pegada a su cuerpo marcando todos esos músculos que tan bien conozco.  –Eh... Hola...- Dice entrecortado mientras su mirada me recorre de pies a cabeza.

Respira Alexia. Me digo a mi misma. Actúa normal...

-Hola, que bonita casa.- Digo y miro nuevamente a mi alrededor.

-Bonita eres tú... aunque esa palabra se queda muy pequeña.- Comenta e ignoro su comentario.

-¿Entramos?- Pregunto sonriente.

-¿Así? ¿Sin darme un beso ni nada?- Me pregunta como niño pequeño.

Rio ante su pregunta y señalo mis labios con mi dedo. -¿Ves esto? Es labial rojo... si te beso te dejare el labial en tu boca y todos se darían cuenta de todo.- Le explico y su cara es digna de una fotografía.

-¿Lo has hecho a propósito, o es que te ha maquillado mi enemigo?- Pregunta entrecerrando sus ojos.

-Ninguna de las dos.- Miento y el sonríe.

-Propongo que quites tu labial y me beses.- Dice haciéndose el inocente.

-¡¿Y arruinar mi look?! No guapo...- Le replico haciéndome la importante y él me observa frustrado.

-Vale, pasa...- Dice con resignación y hace un gesto mientras que se queda al lado de la puerta.

Entro ignorando su presencia y camino de la manera más elegante posible hasta que su mano sujeta mi brazo. –Me gusta mucho esto...- Comenta y siento como uno de sus dedos roza todo el centro de mi espalda desnuda dejándome una sensación de fuego en mi piel.

-Pablo...- Digo suplicante y justo en ese momento aparece su madre quien nos observa confundida.

Automáticamente, el quita su mano de mi y ambos sonreímos de manera inocente. –Hola Elena, ¿Cómo se encuentra?- Pregunto amablemente y me acerco para saludarla.

-Alexia, bienvenida. Déjame decirte que te ves hermosa.- Comenta y por alguna extraña razón lleva su mirada a su hijo.

-Muchas gracias, usted luce muy elegante.- Digo observando lo bien que le sienta la ropa que lleva puesta.

-Gracias, la ocasión lo merece; es muy lindo tenerte aquí.- Dice de manera genuina. –Ven conmigo, todos están en el comedor esperándote.- Explica y sigo sus pasos.

Al llegar donde está la gran mesa, todo el resto de la familia me saluda muy amablemente, e incluso sus sobrinos se acercan a abrazarme. –Eres preciosa.- Le comento a Sofia.

-Muchas gracias, ¿tú que eres de mi tito Pablo?- Me pregunta confundida y vaya pregunta difícil de responder...

-Hija, luego te explico.- Interrumpe Casilda, y agradezco al cielo su intervención.

Le lanzo una sonrisa de agradecimiento que ella comprende muy bien. –Ven Alexia.- Dice el intentando sonar lo más formal posible. –Espero que no te moleste sentarte a mi lado.- Dice mientras aparta la silla.

-No, claro que no. Por una vez más que me siente a tu lado no pasa nada.- Replico y todos ríen ante mi respuesta.

-Ya el embarazo se te nota bastante.- Comenta Alejandra, la esposa de Salva.

Como un acto reflejo miro mi vientre y lo acaricio. –Sí, ya estoy entrando en la semana 13.- Digo sonriente y es que mi bebe sí que me hace feliz.  –No es mucho lo que se nota, pero ya se nota.-

-¿Y ya saben cómo se llamara?- Pregunta Casilda.

-No, aun no.- Responde Pablo y con su mano acaricia mi pierna por debajo del mantel.

Lo voy a matar... ¿Quieres jugar? Vale... Jugaremos...

-Debemos conversar de eso.- Explico y disimuladamente llevo mi mano por debajo de la mesa y comienzo a acariciar su pierna desde la rodilla hasta casi llegar a su entrepierna.

-Hijo, ¿Te encuentras bien?- Le pregunta su padre y no sé cómo hacer para no reírme mientras que con su mano el sujeta la mía para que me detenga.

-Si... si...- Dice intentando sonar normal, pero se le da muy bien.

-¿Te ha dicho mi hermano lo sucedido con Natalia?- Pregunta Casilda y no se que se supone que debo de responder...

-Hermanita... tú y tus comentarios; aun no, pero después de la cena hablare con Alexia.- Explica y no sé si se está refiriendo a lo que ya se o es algo nuevo. Sea lo que sea, necesito saberlo...

9 Meses Para Enamorarte [Pablo Alborán] [TERMINADA]Where stories live. Discover now