9 Meses Para Enamorarte [Pablo Alborán] [TERMINADA]

Solo Nos Queda Enamorarnos Mas

Tendría que decirle que lo que ha hecho en la furgoneta está completamente mal, pero me siento horrible... solo quiero recostarme y descansar. Lo veo abrir mi maleta y quitar mi camisón de allí dentro. –Aquí tienes cariño, ¿de verdad no quieres que te lleve a una clínica o algo?- Vuelve a preguntarme como por tercera vez.

-No amor, de verdad que no es nada grave. Solo malestares por el embarazo.- Le explico mientras que me toma por sorpresa y comienza a quitar mis zapatos. -¿Qué haces?- Le pregunto e intento sentarme sobre la cama, pero él no me deja.

-Permíteme cuidarte.- Dice y de a poco me va desvistiendo para que me coloque el camisón.

Definitivamente es demasiado tierno.

-Deberías ir a tu cuarto. No es conveniente que puedan ver aquí.- Digo mientras me acomodo debajo del edredón.

-Ni loco me muevo de aquí. Que se caiga el mundo si quiere, pero yo no me separo de ti.- Sentencia mientras se desviste y luego se mete bajo el edredón a mi lado.

Siento sus brazos rodear mi cuerpo con fuerza para pegarme a él y ayudarme a relajarme.

-Eres un cabeza dura, pero te amo.- Le digo bajito mientras de a poquito me voy quedando dormida.

-Y yo a ti.- Es lo último que le escucho decirme.

[...]

Al día siguiente

Estiro mi brazo para apagar la alarma que coloque antes de llegar al hotel anoche y luego me doy vuelta para verlo y despertarlo, pero para mi sorpresa no está en la cama. Me levanto de la cama y voy hacia el baño, pero tampoco está allí ¿Dónde se ha metido? En dos horas tenemos que estar en la primera estación de radio...

Estoy por ir por mi móvil para llamarlo, cuando la puerta de la habitación se abre y lo veo entrar con una bolsa de Starbucks y dos tazas.

-Buenos días cariño, te he traído el desayuno. Necesitas alimentarte.- Dice mientras camina hacia mí y me roba una sonrisa. -¿Te sientes mejor?- Pregunta mirándome fijamente y luego me da un tierno beso.

-Hola guapo. Te has despertado temprano.- Digo sorprendida. –Y sí, me siento mucho mejor; gracias por el desayuno.- Digo con una enorme sonrisa mientras nos sentamos alrededor de la pequeña mesa que hay en la habitación.

-Me desperté muy temprano y aproveche para ir al gimnasio antes de ir por tu desayuno. Te traje te; se que el café últimamente te ha causado acidez.- Dice entregándome mi taza y no puedo más que sorprenderme con él.

-Eres demasiado observador. No se te escapa ningún detalle.- Le digo.

¿Cómo no amarlo como lo hago si tiene estos gestos que me hacen sentir la mujer más especial del mundo?

-Me importa absolutamente todo de ti guapa.-

-Te amo.-

-Yo a ti, y disculpa si no te beso y abrazo, pero es que estoy todo sudado.- Dice con una tímida sonrisa.

-Me gusta.-

¿Qué es lo que no me gusta de el?

-¿Qué cosa?- Pregunta confundido.

-Que estés todo así sudado... -Comento con una picara sonrisa.

-Alexia Belrose, no me tientes que después me regañas porque llegamos tarde.- Me advierte entre risas y solo puedo contagiarme.

-Vale.- Digo levantando mis manos –Me comportare.- Digo entre risas –Cuando nuestra hija nazca, te acompañare al gimnasio.-Comento.

-Me gusta la idea.- Dice sin apartar su mirada de la mía.

-Voy a tener que bajar el peso que estoy subiendo con el embarazo.- Comento ya no tan contenta.

Con sus gestos reprueba mis palabras. –Te ves perfecta.- Me dice firme.

-Como se nota que me amas... ¿no recuerdas como me veía antes de que estuviese embarazada?- Le pregunto algo seria.

Me lanza una media sonrisa –Me acuerdo perfectamente de cómo te veías, y la única diferencia es que ahora estas embarazada y que esa pancita te queda divina.- Me dice.

-Vale, no hay como ganarte... vamos a ducharnos mejor.- Propongo mientras me pongo de pie una vez que termino de desayunar.

-¿Juntos?- Pregunta pícaramente.

-Si quieres...- Digo como si nada y voy hacia el baño.

Estoy a punto de entrar a la ducha, cuando lo siento detrás de mí y me abraza para entrar así a la ducha.

[...]

Me termino de vestir bajo su atenta mirada y debo de decir que me encanta cuando me mira así. Me hace sentir como si yo fuese algo a lo que el venera. –Me gusta cómo me miras.- Comento.

-Y a mi mirarte. Me gusta mucho verte con ese anillo puesto también.- Comenta observando mi mano.

-No quiero perderlo.- Me limito a responderle.

-¿Solo por eso?- Me pregunta algo preocupado.

Sé que aun no debo darle mi respuesta, pero no tengo dudas de cual será.

-Sí, hay alguien que me ha dicho que no le responda ahora...- Digo como si nada.

-Cuando nazca Génesis.- Afirma.

-Eres único. No creo que haya un hombre que esté dispuesto a esperar meses para una respuesta de este tipo.- Le digo mientras me coloco mis aretes.

-Lo que sucede cariño, es que yo contigo estoy dispuesto a todo... Hare todo lo que esté en mis manos para que sea un si.-

-¿Y si esperas todos estos meses y mi respuesta es un no?- Le pregunto seria.

El camina lentamente hacia mí y cuando está enfrente, lleva sus brazos a mi cintura. –Mira cariño, te he conocido hace un poco más de cinco meses atrás, de los cuales hace cuatro y medio prácticamente que me dedico a enamorarte.... Me quedan unos cuatro y medio más para terminar de enamorarte obtener tu "si."- Me dice sonriente.

-No sabía que desde el día que comencé a trabajar contigo tu intentabas enamorarme.- Le digo entrecerrando mis ojos.

-Y tu lo intentabas conmigo... nuestras peleas iniciales eran solo un escudo que ocultaban este amor, pero ya esta... ya hemos bajado la guardia; ahora solo nos queda enamorarnos mas y mas hasta el punto que me digas "Pablo, quiero casarme contigo."- Me dice pícaramente y me besa dulcemente dejándome saber que no está jugando.

-Debemos irnos.- Digo cuando el aire comienza a faltarnos.

-Lo sé... es lo único por lo cual aun no te he quitado ese vestido.- Me dice bajito haciéndome reír.

-Vamos mejor...-

-Vamos.- Sentencia y finalmente salimos de la habitación.