Amanecer en Mexico

1.8K 141 27
                                    

Creo que estaba tan cansado, que ni cuenta se ha dado de que me levante de la cama. Mucho menos escucho el ruido de la ducha. Envuelvo una toalla en mi cabello, y otra en mi cuerpo. Salgo del baño, y me lo encuentro sentado en la cama mirando hacia todas partes. –Amor, ¿Qué sucede?- Le pregunto bastante preocupada. Nunca lo vi asi.

Me mira como si no pudiese creer que este aquí y se levanta da la cama rápidamente. Me abraza con todas sus fuerzas y me doy cuenta de que esta todo sudado. –Amor, me estoy preocupando.- Le digo al notar que sigue apretándome contra su cuerpo y no dice nada.

Esta agitado. –Una horrible pesadilla.- Me dice y su voz es de pánico.

-Ya cariño. Fue solo eso.- Le digo y lo abrazo.

Es como si fuese un pequeño que soñó algo horrible y se abraza a su madre. –No quiero sepárame de ti nunca.- Me dice de la nada y me quedo en blanco.

-Amor, no voy a separarme de ti.- Le digo y beso su rubio cabello.

-Prométemelo.- Me pide y es casi una súplica.

-Te lo prometo, pero ¿Qué ha sucedió?- Pregunto preocupada.

-Soñé que me dejabas. Que te ibas lejos con nuestro hijo. Alexia, te amo demasiado.- Me dice y hay algo en su voz que me emociona hasta el punto que lagrimas comienzan a caer por mis mejillas.

Me separo tan solo uno centímetros y tomo su rostro entre mis manos para que me mire. –Pablo, yo también te amo. No me gusta verte así.- Digo y el quita mis lagrimas con sus dedos.

-No sé que me sucede. Creo que te amo de una manera que no he amado nunca.- Me explica robándome una sonrisa.

-Pensé que el dormir tanto te haría bien, pero veo que ha sido tan así.- Bromeo y beso levemente sus labios –Yo también te estoy amando de una manera que nunca he amado antes...- Le dejo saber.

-Me haces mejor tu.- Me dice tomándome por la cintura y acercando mi cuerpo al suyo.

¿Se puede amar tanto a alguien? ¿Tanto que puede doler por momentos?

Sus traviesos labios viajan por mi rostro, por mi cuello, por mis hombros... es como si me estuviese venerando. Nunca alguien me había besado de la manera que él lo está haciendo ahora. Es como si en cada pequeño beso que deja en mí, estuviese dejando parte de su corazón.

-Amor...- Intento decir y lleva su mano a mi boca para callarme, cosa que me hace reír.

-Ya lo sé. Sé que nos tenemos que ir en poco tiempo. Solo déjame asegurarme de que estas aquí conmigo.- Me dice y besa mis brazos.

Una vez que ha besado prácticamente todos mis brazos, hombros, cuello, y rostro; se detiene mirándome a los ojos. –Me haces sentir tantas cosas, y todas a la vez... es muy fuerte.- Me susurra.

Está a punto de besarme cuando su móvil suena. –Debes responder.- Le digo, cosa que claramente el reprueba.

En medio de quejas, el va por su móvil y responde la llamada.

Lo observo detenidamente sin dejar de pensar en lo que acaba de ocurrir. Creo que nadie me había amado así antes. No tengo dudas en querer vivir con el, pero quiero darle mi respuesta de alguna manera especial.

-Cariño.- Me dice alarmado.

Esa cara no me gusta...

-¿Qué sucede?-

El comienza a recoger la ropa del cuarto y mete todo dentro de mi maleta. –Debes ir a tu habitación. Alejandro de Warner México está subiendo a la habitación. Me tiene que dar unos documentos.- Me explica y jamás me había colocado un albornoz con tanta prisa. –Esconde mi maleta. Me la traes luego a la otra habitación.- Le explico y lo único que hago es tomar mi bolso y salir de la habitación a toda prisa.

No puedo creer que este caminando los pasillos de un hotel en albornoz... Esto ya no es normal; debemos hacer algo al respecto, o simplemente dejar de arriesgarnos tanto. Entro a mi habitación y no me queda más que sentarme en la cama a ver televisión y esperar a que Pablo termine de hablar con Alejandro. Todas mis cosas están en su habitación.

Solo escucho el ruido de lo que pasa en la tele, pero mi mente esta en otro mundo. Esta en Saturno como diría Pablo... Necesitamos encontrar una solución a todo esto...

No sé cuánto tiempo ha transcurrido, solo sé que un golpe en la puerta de mi cuarto irrumpe mis pensamientos. Me levanto de la cama y voy a abrir. Me lo encuentro a el con una enorme sonrisa y con mi maleta en una mano, y su ropa en la otra. -¿Puedo ducharme aquí?- Me pregunta con una media sonrisa y solo rio.

-¿Por qué no lo has hecho en tu cuarto?- Pregunto algo confundida...

Una enorme sonrisa se dibuja en su rostro. –Es que vi el vestido que dejaste a un costado para ponerte, y me di cuenta que la cremallera es de esas que no puedes subir sola. Creí que necesitarías ayuda.- Dice como niño pequeño.

-Piensas en todo.- Bromeo.

-Pienso en ti. Solo eso.- Me da un beso que me deja sin aire y ríe –Siento mucho haberte echado de la habitación así... pero, si Alejandro te veía así, le daría algo pobre...- Bromea.

-¿Te preocupaba que me viera así? Yo creo que debería preocuparte más que me viera y punto.- Digo intentando poner algo de seriedad al asunto.

-Estoy pensando en que esta clandestinidad tendrá que llegar a su fin pronto... pero, cariño hablamos de eso luego. Ahora nos tenemos que alistar e irnos.- Me dice y después de darme un corto beso se mete al baño dejándome pensando en lo que ha dicho.

¿Se ha vuelto loco?


9 Meses Para Enamorarte [Pablo Alborán] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora