Tu Eres Mi Princesa 3 (Camren)

Día juntas.

Caminé por el pasillo y por las estanterías para llegar a donde estaba ella, me senté a su lado, estaba escribiendo sobre biología, incluso aclaré mi voz pero ella no me notaba.

Estiré mi mano y puse un poco de su cabello detrás de su oreja y dio un salto que hasta a mi me asustó.

Se cubrió su rostro, un poco asustada, molesta y divertida.

—Estoy sentada aquí hace dos minutos y llevo diez minutos aquí. —La miré a los ojos

Ella es tan bonita.

—No pensé que vendrías en realidad.

—Si, he estado un poco ocupada en verdad, discúlpame. 

Me parecía lo obvio pedir disculpas por no venir a verla.

—No te preocupes, te entiendo, sé que tienes cosas que hacer y que no puedes venir siempre. —Elevó sus hombros

—Pero al parecer tu estás bastante ocupada también.

Asintió sonriente.

—Es...biología, nada importante.

—¿Por qué siempre dices que no es importante? claro que es importante. —Tomé su cuaderno y leí los apuntes

—No es la gran cosa...

—Lauren, no digas esas cosas, tu eres muy inteligente. —La miré con seriedad

—¿Tu crees?

Rodé mis ojos y la golpeé en la cabeza con el cuaderno.

—Si, claro que si Lauren, tu lo eres y mucho.

Tuvimos un poco de contacto visual y se me apretaba el estómago.

—¿Te vas a quedar un rato más?

—Seguro, quiero que ver lo que haces.

—No mucho, estoy aquí hasta las dos que es la hora del almuerzo.

Asentí, me quedé a comer con ella.

—Gracias por los chocolates.

—¿Podrías enseñarme lo que sabes? —Tomé la guitarra

—Es que...a las dos treinta regreso a la biblioteca y no toco hasta las seis.

—¿Estás hasta las seis? —Elevé mis cejas

Asintió.

—Wow eso es...muy bueno, ¿no te aburres?

—No, me gusta mucho, he aprendido...bastante y me gusta.

Sonreí.

Aunque se suponía que no tenía que.

Sonreí porque me alegraba oír esas palabras.

Aclaré mi voz.

—Me alegra escuchar eso.

—También a mi. —Rió y la acompañé

Mierda Camila, suficiente.

Suspiró.

—¿Te irás ya?

—¿Quieres que me vaya?

—N...no, solo preguntaba, estás aquí desde hace rato ya y...

—Si quieres me voy.

Negó casi desesperada y tomó mi mano con ambas manos.

—No, quédate...por favor.

Lauren era el ser más adorable de este planeta.