221. Química entre nosotros

1.5K 233 77
                                    

Gregor

Me acerco a Lía, seco sus lágrimas con uno de mis dedos y observo su mirada llena, tanto de tristeza como de enojo.

Golpea mi mano.

—No me toques, estoy muy enfadada contigo.

Sonrío.

—Yo sólo quería aliviarte, como pediste.

—Vete a la mierda, Gregor.

—Bombón...

—¿Otra vez con eso? —frunce el ceño y le agarro el rostro —¡Oye! —se queja, aunque no le doy tiempo a decir más nada porque la beso.

Forcejea pero continuo, junto nuestros labios una y otra vez, entonces cuando afloja su empuje para apartarme, introduzco mi lengua y me corresponde. Ante su acción positiva, la agarro de la cintura y la acerco a mi cuerpo.

—Lía —susurro a su oído —¿puedes sentir la química que hay entre nosotros dos?

—¡Cállate, perro!

—Vale, me callo —vuelvo a unir nuestros labios y se agarra fuerte de mi chaqueta —me vas a pellizcar —me río.

Me quedo tildado observando el rubor de sus mejillas, esa respiración agitada por los nervios y su ceño fruncido que aunque demuestra enojo, por su indecisión, es muy tierna.

—Mi linda Lía —rozo sus tentadores labios.

—¡Eh ya basta, perro! —pone su mano en mi cara y empuja —¡Deja de besarme!

—Ay ¿Me quieres romper el rostro? —Río.

—¡Te lo romperé en mil pedazos si no sueltas!

—Bueno —le agarro la mano —pero antes quiero saber si te olvidaste de la trampa de las gemelas, te aliviaste y me perdonaste por no haberlo podido evitar.

—Todavía estoy pensando —gira su vista a un costado.

—¿Te ayudo a pensar? —la agarro de la nuca y me acerco a su rostro.

—¡¿Eh?! ¡¡No!! —grita más sonrojada y me pone la mano en la cara otra vez —¡¡No hace falta!! —forcejea y me río —¡¿Te burlas de mí?! —se enfurece más.

Miro hacia arriba.

—No, ¿Cómo crees? —exclamo con sarcasmo, luego la vuelvo a observar y exclamo más sincero —te amo.

Se queda quieta mirándome y luego baja la vista tímida.

—No me digas eso.

La abrazo.

—Jamás podría engañarte Lía, te espere demasiado como para arruinarlo ahora. Créeme, hablo en serio.

Un silencio que parece eterno se forma, pero sonrío cuando oigo su respuesta.

—Te creo.

Los gemelos ChannyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora