87. Beso a la fuerza

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Noah

Llego a la puerta de mi aula y visualizo a Heinz, así que me sonrojo. Toco mis cachetes avergonzado, recordando que nos besamos.

—Mm... —bajo la vista —hola...

—Noah Channy —su tono de voz es bastante suave, así que levanto la vista, está sonriendo.

Dejo de mirarlo confundido, cuando visualizo una gasa en su muñeca y me preocupo.

—¿Qué te pasó? —lo agarro de la mano y me sobresalto cuando se acerca a mi rostro.

—Sabes lo mucho que me gusta cocinar —expresa seriamente —y me corté, trágica historia.

Trago saliva, no sé por qué pero su actitud me está trayendo una mala sensación. Retrocedo, soltando su mano y sonrío.

—Entremos al aula.

—Después —mira el pasillo y vuelve hasta mí —¿Me acompañas? —sonríe.

—¿A dónde...?

—Al aula B —dice tranquilo.

—¿Por qué quieres ir ahí?

Me agarra de la mano.

—Ven —me hace caminar.

Mientras avanzamos mira a todos lados como analizando el lugar, realmente se comporta muy extraño. Nos detenemos a pocos pasos del aula B y observa el otro pasillo dónde está la escalera.

—Es temprano —acota.

—Mm sí...

Sonríe y me hace retroceder contra la pared, que está a un costado de la escalera.

—¿Heinz? —me confunde.

—Sh... —pone su dedo índice en mi labio y mira hacia el otro pasillo —sí, es temprano —repite. Se acerca a mi rostro y me sobresalto —veamos qué tienes de especial...

Rápidamente une su boca con la mía, sin dejarme reaccionar y se siente extraño, siento como si no fuera lo mismo de la otra vez. Por acto reflejo intento separarme, pero no puedo, es más fuerte que yo. Me está forzando a besarlo, Heinz no haría eso, parece otra persona.

De repente se separa de mí y veo a Tyrone caminar por el pasillo. Él no nos ha visto, pero lo que sigue me sorprende aún más. Heinz lo hace adrede, aprovecha la oportunidad y pone su pie para que se tropiece frente a la escalera.

Sin pensarlo dos veces, intento ayudarlo pero también caigo, escalón por escalón.

—Noah, ¿pero que hiciste? —oigo un tono burlesco por parte de Heinz cuando caemos al suelo y después ya no se encuentra en la parte superior de la escalera, se ha ido.

—Ay la put... —se queja adolorido el demonio y cuando abre los ojos se queda quieto observandome.

Estoy debajo de él ¡Ay!

Los gemelos ChannyWhere stories live. Discover now