128. "Enterrar a Tyrone"

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Bruno

Es mi fin, Tyrone está en la puerta, eso quiere decir que sabe que estoy aquí.

¿Y ahora qué hago? No tengo un plan de reserva, se suponía que iba a estar muerto y obviamente no lo estoy.

—Copito, ya te vi —golpea la puerta y retrocedo de la ventana —¡Abre, pero ya! —se enfada al instante.

Carácter de porquería que tiene...

—¡Bruno, abre la puerta, estoy ocupado! —grita Emma desde la cocina —¡Pinchi, no te lleves mi sándwich! —reprende a su perro y veo que lo persigue con la escoba, la cual estaba usando para limpiar su cuarto con anterioridad.

Dejo de mirar la escena cuando Tyrone vuelve a golpear la puerta y me sobresalta con todo ese ruido que hace.

—¡Si no abres, tiraré la puerta abajo, Copito!

—¡No soy un copito! —le respondo y oigo que se ríe. Abro la puerta enojado y lo miro de mala manera cuando él ha vuelto a sonreír —tu presencia me irrita... —digo con notable odio y consigo lo que quiero, porque frunce el ceño.

—¿Qué clase de reacción es esa? —se queja.

—¿Cómo me encontraste? —ignoro su pregunta y hago la mía propia.

Sonríe.

—Gregor te vió y te siguió, pero tarde en llegar hasta aquí para hacerte creer que habías ganado ¿No soy el más bondadoso de todos? —dice con alto cinismo, pasando la mano por su cabello oscuro.

—Dejame que lo piense... —apoyo mi dedo índice en mi labio —¿Por qué no te hundes en tu propia mugre? Te diré por qué —sonrío y levanto el dedo —porque ya eres mugre.

Frunce el ceño otra vez.

—¿Vas a seguir atacandome en la puerta o vas a dejarme pasar? —da un paso adelante.

—Lo siento, no es mi casa —intento cerrar pero obviamente es más fuerte que yo y logra pasar —vete lejos y morirás rápidamente —ofrezco y sonríe.

—Copito, eres un cobarde, ocultarte durante tanto tiempo, no es normal.

—No soy cobarde, soy inteligente —le corrijo —inteligencia vence a fuerza —refiriéndome a la suya —claramente no me fue tan mal, ya que me creíste muerto...

—Y lloré por ti —me interrumpe agarrándome de la barbilla y mirándome seriamente —¿Acaso no vas a perdóname?

Le golpeo la mano para que me suelte y lo consigo.

—Nunca, yo quiero verte retorciéndote de dolor...

—Eso no dijo tu boca en los pasillos de la escuela —me empuja contra la pared, en su manera agresiva de hacer todas las cosas y acerca su rostro al mío —con tu característico perfume... —susurra cerca de mis labios y trago saliva.

—Un desliz lo puede cometer cualquiera —me defiendo e intento empujarlo sin ningún resultado —¡Apártate! —forcejeo —sueltame o recibirás mi furia —amenazo.

—¿Cual furia Copito? Tú mismo lo has dicho, soy más fuerte...

Sin previo aviso, veo como una escoba le golpea la cabeza y entonces grito cuando cae al suelo inconciente.

—¡Lo mataste! —le digo a Emma y luego me lo pienso poniendo un dedo en mi boca —bueno, podemos enterrarlo ahora...

El pelirrojo me pega en la cabeza.

—¡No seas irracional! —me reprende y lo revisa —está bien, no se murió, no me des esos sustos —ríe nervioso.

Me sobo el golpe e insisto.

—¿Igual no podemos enterrarlo? —me golpea de nuevo —¡Ay!

—¡No digas estupideces, está vivo y no soy un criminal!

—¿Aún así puedo enterrarlo? Puedo cargar con la culpa —sonrío pero el me pega otra vez, así que salgo corriendo y me escondo detrás del sillón —está bien —lloriqueo y repito —está bien, me porto bien, seré un niño bueno, pero no me pegues más ¡Malo! —me refriego los ojos.

Bufa.

—¡Basta! —me reprende y chillo —¿Me puedes explicar que es toda esta escena?

Hago puchero y bajo la cabeza como un nenito avergonzado.

—Bueno...

Los gemelos ChannyWhere stories live. Discover now