53. Un beso con Tyrone

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Lía

Busco por toda la escuela y no encuentro a Tyrone. Entro al patio cubierto que es el único lugar en dónde me falta buscar, pero no veo a nadie. Antes de irme visualizo a una chica salir del vestuario de hombres. La sigo con la vista hasta que se retira del gimnasio escolar.

—Que raro... —opino.

—¡Nenaza! ¿Me estás acosando? ¿Eres masoquista acaso? —oigo detrás y me giro.

Visualizo a Tyrone apoyado en la puerta del vestuario y sin su camisa, así que me sonrojo.

—¡¿Por qué siempre estás desnudo?! —grito.

—Porque el sexo es sano y revitalizante —se relame los labios —deberías practicarlo...

Parece que está de humor...

—No quería saber eso...

—¿Qué haces aquí? Estoy ocupado —se pasa la mano por su cabello oscuro.

—Lo note —ruedo los ojos.

—Pues ya vete... —se gira y veo otra vez las cicatrices en su espalda.

Lo sigo entrando al vestuario y el se pone la parte de arriba de su uniforme que le falta, para luego mirarme.

—¿Sigues aquí? —frunce el ceño —ya largate...

—Es qué estuve pensando mucho... Demasiado diría yo —me cruzo de brazos —y no encuentro la solución a qué dejes de molestarme, así que se me ocurrio —muevo la mano —que mejor le pregunto al gato —lo señalo —y aquí estamos... —sonrío —¡Y qué bueno que te encuentro de buen humor! Así que si fueras tan amable...

Sonríe y se acerca hasta mi rostro, así que me sobresalto.

—Ah sí, te lo diré... —pone su boca cerca de mi oído —suicidate.

Mis dientes se presionan y lo empujo.

—¡No se puede hablar contigo, vengo en son de paz y lo arruinas! —me quejo —¡Eres insoportables!

Se ríe.

—Tú y yo nunca estaremos en paz, así que tienes dos opciones... Una, te la aguantas o dos, te matas. Así de fácil ¿No?

Presiono mis puños.

—¡Mejor te asesino yo y se acabó el problema! —le pego un puñetazo y se tropieza.

Intenta no caer, así que se agarra de mi ropa, lo que provoca que yo resbale también, pero no en el suelo, sino sobre él. Me paralizo tan sólo un segundo cuando mi boca roza con la suya y rápidamente me trato de levantar, pero la puerta del vestuario se abre y ambos miramos allí.

¡¿Noah?!

Observa aterrorizado.

—¿Qué están haciendo...?

Los gemelos ChannyWhere stories live. Discover now