Los gemelos Channy

28. La amenaza de Tyrone

Noah

Si ahora podría verme en un espejo, me vería muy pálido.

Mamá estoy asustado.

—¿Qué... ¿Qué te debo yo...? —le digo a Tyrone qué tiene pegada una sonrisa en el rostro, qué parece que no se va.

—Me usaste de escondite para que no te viera Heinz ¿No es evidente? —levanta una ceja —y yo no dije nada, así que me debes algo.

—¡Oh mira la hora que es! —de repente chillo e intento salir corriendo, pero él es más rápido y me detiene agarrándome del brazo —¡Lo siento, perdóname, no me lastimes! —grito asustado.

Voy a lloriquear...

Me agarra el rostro y me lo jala haciéndome girar para que lo mire, así entrecierra los ojos.

—Ni creas que me he olvidado del pelotazo qué me diste...

—¿Qué pelotazo? —quedo confundido.

—¡¿Te haces la tonta?! —grita furioso —¡¡El pelotazo de béisbol!!

Cierto, soy Lía, habla del incidente con el bate.

—Yo... Yo lo siento... —mis ojos se humedecen y me suelta.

Me mira un segundo confundido al observar mi actitud y luego reacciona.

—Cómo sea —rueda los ojos —dile a Noah qué venga a la azotea —me señala con un dedo —o si no me las pagarás tú —amenaza —dile qué no falte —mueve la mano en su cuello, haciendo una demostración de qué va a degollarme —o ya sabes —se ríe.

—Pero no sé dónde está Noah... —refiriéndome a Lía.

—Ese es tu problema, no el mío, estúpida —se gira para irse.

Estoy perdido... Sea hombre o mujer, van a matarme igual.

¡¡Mamá sálvame!!

¡¿Lía dónde estás?!