Los gemelos Channy

145. Deliberando la venganza

Noah

El timbre suena y me sobresalto, miro el suelo lleno de vidrios rotos mientras Lía va a abrir. Papá entra y mira el desorden, entonces me quedo tieso a diferencia de Lía que no duda en señalar a Dan.

—Fue él.

—Se me cayó, lo siento —el castaño exclama como si realmente estuviera triste.

Mi hermana se queda muda y luego reacciona.

—¡Pues levantalo! —ordena ella.

—Recién llego y pasan estas cosas —refunfuña mi padre —. Dejen de discutir por quién va a limpiar y háganlo.

—¡Pero yo no fuí! —Lía aclara.

—Si tu mamá se entera de este desorden, yo seré el culpable ¡Así que muevanse! —exclama alterado y hasta yo me muevo.

Papá se tira en el sillón y rato después se oye como ronca.

—Que mal papi —opina Dan levantando los trozos al igual que nosotros y se ríe.

—Trabaja todo el día —lo defiende Lía.

Yo sigo recogiendo los trozos y cada tanto observo la hora.

"Ven a mi casa esta noche y te diré a que me refiero"

Ya es de noche... Mi corazón late rápido y agarro cada vidrio con nerviosismo, me tiemblan las manos.

—¡Auch! —. Me corte.

Miro la sangre en mi dedo, ¿Me quedara cicatriz? Así no me puedo concentrar.

—¿Estás bien? —Se acerca Lía y mira la herida —buscaré una curita —Se levanta y corre al baño.

—¿Qué? —digo cuando veo que Dan me está observando.

—¿No oyes? Parece que alguien discute afuera.

—¿Eh? —miro a la ventana y efectivamente oigo voces en el jardín.

Camino hasta allí y veo a Tyrone con Bruno hablando.

¿Qué hacen aquí?

—Se ve que hay una fiesta ahí fuera y no nos invitaron —oigo a Dan detrás de mí —parece que ya no tengo que preocuparme por esconderme de él.

—¿Dices que no te busca? ¿cómo concluyes eso tan rápido? —frunzo el ceño.

—Simple, de la misma forma que en tu cara se nota que harás o hiciste algo vergonzoso.

Me sobresalto y me giro a verlo. Siento que todo mi rostro me arde.

—No... No hice nada...

—A juzgar por lo que sé, si Bruno está por aquí, Heinz en casa está sólo, ya que por lo que oí, sus padres saldrían hoy.

Frunzo el ceño.

—¿Y a ti que te importa eso?

—Estoy deliberando eso, para ver si es información valiosa para vengarme de Bruno.

Es cierto, aunque aún no sé que le hizo. Sin embargo, eso no le da derecho a meterse en mi vida.