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3/3. Próxima actualización: miércoles :D

 Próxima actualización: miércoles :D

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Amelia

Bajo unas escaleras, porque se me olvidó cerrar la puerta y me encuentro con Ana. Tiene el cabello hasta los hombros y recogido al descuido, pero incluso así se ve bonita. Me fijo que tiene ropa ancha, como un suéter gris, y unos papeles en las manos.

—Ana —la llamo y ella me mira—. ¿Cómo estás?

—Bien, todo bien.

—¿Acaso no me extrañas? —pregunto, sintiendo un nudo en la garganta.

Ella suspira y su gesto decae solo un poco, antes de volver a mirarme.

—La verdad es que sí, claro que te extraño —admite y a los segundos, rodea mi cuello con uno de sus brazos mientras yo la rodeo con ambos.

Nos quedamos así por unos segundos, donde yo trato de no llorar y cuando nos separamos ella se recompone.

—¿Cómo está todo en el cielo? —le pregunto y ella sonríe.

—Bien, en estos momentos estoy como de vacaciones —responde.

—¿Y qué haces? ¿Cómo está papá?

Tengo tantas preguntas por hacerle.

—Cuido como a dos mil niños —responde y se ríe al ver mi expresión—. Cuando los adultos están en la iglesia, yo los cuido. Y papá, él está... —agrega, haciendo una mueca—. Está bien, también. Todavía me sigue exasperando.

Sonríe, negando con la cabeza y yo no puedo evitar sonreír también.

—Ah, sigue siendo bromista, ¿eh? —Pregunto y ella afirma, rodando los ojos—. ¿Has visto a Dios?

—No, no lo he visto, pero...

—Papá sí —respondemos al unísono y ella afirma.

Me fijo en los papeles de nuevo y ella se da cuenta.

—Tú sí crees en Dios —asegura y yo la miro—. Ten, para que veas cómo será cuando te toque a ti.

Me tiende el papel y lo leo por encima, pero no le presto atención porque tengo a mi hermana frente a mí.

—Estamos muy bien. Así que anda, ve con mamá y con Carlos que te están esperando arriba —agrega, sonriendo.

Abro los ojos y me quedo mirando el techo por unos segundos, tratando de recordar lo que soñé. Soñé con Ana, ¿cierto? Claro que sí, porque tengo una imagen muy vívida de ella en mi cabeza.

Y entonces, mis ojos se llenan de lágrimas y una sonrisa se adueña de mis facciones.

Gracias, Ana. Gracias por visitarme, al fin, pienso. Ahora solo falta papá.

Somos fugaces | Autoconclusiva.Where stories live. Discover now