10: Maratón #10Sep #SeptiembreAmarillo💛

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Carlos

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Carlos

Hoy es uno de esos días en los que no quiero levantarme de la cama. El pensamiento de ser niño y poder jugar, sin tener responsabilidades pesadas, me hace querer devolver el tiempo atrás por un par de días.

Nadie me lo pregunta, pero estoy agotado. No duermo bien, me alimento a destiempo y a veces se me olvida hasta beber agua o ir al baño. Hay muchas responsabilidades sobre mis hombros: mi empresa, los empleados, mis hijas, hasta yo mismo.

Me pregunto qué sería de todas esas personas el día que yo no esté. Mis empleados, sé que conseguirían otro trabajo, pero ¿mis hijas? ¿Qué sería de ellas?

Alexa parece odiarme, pero no creo que le dé igual mi ausencia.

—¿Por qué estoy pensando en estas tonterías? —me regaño en voz alta, frunciendo el ceño.

Me levanto de la cama, me ducho y me visto con mis usuales blue jeans, una camisa de botones de cuadros pequeños blancos con negros y unos mocasines negros. Me peino el cabello con cera fijadora y tomo mis cosas, así como la pistola, para irme a TodoTech.

Estaciono frente al lugar y reviso mi celular. Ya hay un montón de mensajes en el grupo de la empresa, tanto en el general, como en el directivo.

Paseo por los contactos, buscando alguna excusa que me saque temprano del trabajo y me encuentro con el nombre de Alexa.

Bueno, es mi hija. No es una excusa.

Mensaje para Alexa:

Hola, mami. ¿A qué hora sales de la universidad?

Mensaje de Alexa:

A las 2pm. ¿Por qué?

Mensaje para Alexa:

Paso por ti entonces, ¿bien?

Mensaje de Alexa:

OK.

—Qué comunicativa. Definitivamente, es hija mía —murmuro.

Observo de nuevo los nombres y me encuentro con «Mocosa», el nombre de contacto que le puse a Amelia. Abro el chat vacío y sopeso que escribir por un minuto que se me hace eterno.

Mensaje para Amelia:

No sabes lo bien que me vendría estar en las nubes en estos momentos.

Carlos.

Alzo la mirada y me observo en el retrovisor, dándome cuenta de la sonrisa estúpida que tengo en la cara y frunzo el ceño, borrando el gesto anterior. «¿Qué te pasa, Carlos? Tú no eres así» me regaño y salgo del auto, adentrándome en el edificio.

Somos fugaces | Autoconclusiva.Where stories live. Discover now