45.

451 76 7
                                    

Amelia

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Amelia

Llegamos a la discoteca y veo que Lex saluda a algunos amigos, entre chicas y chicos de su edad. Marcos me abraza cuando me ve y William me da un asentimiento de cabeza a modo de saludo, cosa que me hace rodar los ojos.

Hasta cuando Carlos no está, le tiene miedo.

Vamos directo a la barra para pedir un servicio de ron con Coca-Cola y limón, que luego nos llevan a la mesa. Yo dejo que Alexa se la pase con sus amigos, sin quitarle mucho el ojo de encima, mientras también me divierto con los míos.

—Oye, cuando yo estaba en la universidad no había chicos tan lindos. Qué suerte tiene Lex —murmura Sheila en mi oído, haciéndome reír—. Aunque a ti te gustan mayores, así que no sé qué te ando diciendo.

—¡Sheila! —exclamo, riéndome.

Tenía mucho tiempo que no salía a una discoteca, así que estoy bastante animada. Apenas llega el servicio, Lex se acerca y Marcos se encarga de servirnos las bebidas.

—¿Son amigos de la universidad? —le pregunto a Lex, porque una vez Carlos me comentó que a ella no le gustaba amucho las personas de su campus.

Sip —responde, sonriendo y le da un sorbo a su bebida—. Estaré yendo y viniendo.

—Claro —respondo, imitando su gesto.

Me pone muy contenta saber que logró hacer amigos. Cuando yo estudié la universidad, hace unos tres años ya, tuve amigas en el primer semestre y luego... no sé qué pasó, creo yo me alejé porque odiaba la carrera. No fue lo mismo al volver y ya para el tercer semestre, dejé de estudiar.

No era para mí.

—¡No te veo tomando, Amelia! —grita Sheila, sacándome de mis pensamientos y me entrega mi vaso con ron, entrecerrando los ojos.

—Uno y ya —le recuerdo, imitando su gesto.

—Uno y ya —le recuerdo, imitando su gesto

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Puta madre, ya me duelen los pies. Por más que le digo a Sheila que ya no voy a bailar, siempre tira de mí para volver a la pista y esa mujer no acepta negativas en respuesta.

Somos fugaces | Autoconclusiva.Where stories live. Discover now