Punto de avance

120 28 5
                                    

  Sus ojos se pasaron por las palabras del descriptivo resumen del nuevo panel que sin intenciones verdaderas consiguió desbloquear. Con cada frase una incógnita florecía en su mente, había cosas que no entendía, pero las sentía familiares, como algo que perteneció a él en un tiempo muy lejano.

  --Trae algo para comer. --Dijo, sin quitar la mirada de la interfaz.

  --Sí, Trela D'icaya --Dijo, al instante que buscaba con su mirada a alguien que pudiera cumplir con la tarea--. Tú, acércate.

La joven esclava que con esmero limpiaba una de las esculturas del pasillo detuvo su acción, casi provocando una fractura en el material de la misma, su palidez fue inmediata, pero la urgencia con la que la miraba la alta mujer de tez negra la hizo temer aún más. Agachó la cabeza al estar a una distancia respetuosa, sin atreverse a levantar la mirada.

  --Ve a la cocina y tráele comida a Trela D'icaya. Ahora.

  --Sí, señora. --Asintió, retrocediendo dos pasos antes de darse media vuelta para cumplir con la tarea encomendada.

Orion terminó su lectura, algo de verdad agradable si debía ser franco y, aunque continuaba con muchas preguntas sobre el significado de algunas palabras, lo verdaderamente importante si fue comprendido.

Había cinco primeros tipos de avance y, un número no definido por desbloquear, siendo: avance tecnológico; avance mágico; avance espiritual; avance cultural y, avance militar parte de los desbloqueados, cada uno de ellos con ventajas únicas para sus campos de investigación y desarrollo y, todo ello dividido por una "Época", que designaba hasta qué grado los avances podían llegar y, por el momento, la única disponible tenía por nombre: Época del Descubrimiento, al parecer, en la que él estaba.

El primero de los avances, siendo el tecnológico, representaba un porcentaje mayor en el aumento de velocidad de investigación, cultivos y, construcciones de la misma rama, así mismo como trabajos y edificios únicos y, aunque la parte bloqueada informaba con un número cuantioso de mayores ventajas, por el momento le fue imposible profundizar con libertad. El siguiente, el avance mágico, poseía ciertas mejoras iniciales en un campo destinado para la investigación, dividiéndose en algunas ramificaciones y tocando de manera poco superficial los demás avances, también poseía construcciones y trabajos únicos, al igual que el resto en realidad y, se podía notar por la expresión de su rostro que tenía un gran interés en ese campo de desarrollo. El espiritual, era uno de los avances con el que poseía mayor conflicto por las incógnitas que le dejaba, omitiendo el hecho de que podía tener trabajos y construcciones únicas, su valor real, por palabras del propio panel, representaba un mayor entendimiento de sí mismo y, claro que al no comprenderlo, su interés de querer ocupar su único punto de avance en ese campo fue mínimo. El avance cultural, para simplificarlo de una manera, se diría que iba dirigido para el entretenimiento y el ocio, teniendo muchas consecuencias positivas para una población emocionalmente sana. El avance militar, el campo con el que mejor se sentía identificado, con el sentimiento de necesidad para el desarrollo de su vahir y, aunque con claridad se notaba la simplicidad del avance, las ventajas y mejoras entregadas no eran para nada simples.

  --¿Qué será mejor? --Se preguntó con un tono quedo, no sabía los requisitos necesarios para ganar un nuevo punto de avance, por tanto no deseaba ocuparlo de forma irresponsable.

Mujina calló ante la pregunta, podía darse cuenta de que no iba dirigida a ella, o al menos eso intuyó.

Su dedo tembló indeciso, estando en conflicto por las dos opciones que sentía eran las mejores para un verdadero desarrollo. Cerró sus ojos, volviendo su expresión serena, al tiempo que encontraba un pequeño rincón en su mente para tener un poco de paz y claridad. Abrió los ojos con una mirada resuelta y, con la plenitud y confianza en su decisión colocó su único punto de avance en el desarrollo destinado a lo militar.

  *Has completado la tarea oculta: Un pequeño paso hacia el progreso*

  *Has ganado cien puntos de prestigio*

  *Has desbloqueado un edificio único*

  *Has desbloqueado dos habilidades únicas*

Sonrió como de costumbre, una emoción que solo la interfaz sabía provocarle. Tocó la notificación que poseía la información del edificio militar, Sala de guerra tenía por nombre y, por la imagen tridimensional de la estructura debía aceptar que era único en su clase, pero lo más importante no era la belleza de fuera, sino las mejoras que entregaba y el factor para lo que estaba destinado. El edificio aumentaba considerablemente la velocidad de enseñanza en la construcción "Introducción al conocimiento", siempre y cuando los adeptos aprendieran temas relacionados con la milicia; mayor velocidad en el desarrollo de futuros capitanes, comandantes, generales, todo lo que iba relacionado con los títulos militares y, un aumento en la inteligencia para desarrollar estrategias y planes bélicos.

  --Trela D'icaya, su comida ha sido servida ¿Prefiere el jardín, o su oficina? --Preguntó con respeto.

Orion parpadeó, despertando de su contemplación, que a ojos extraños podía decirse que había estado dormido por algunos minutos.

  --¿Qué me has traído? --Preguntó al ver la esclava con la charola de plata sobre sus manos, que temblaba con un poco de nerviosismo y miedo.

  --Carne, amo. --Respondió.

  --¿Verduras no?

  --Lo siento, amo, no traje verduras. --Tragó saliva, con el temor reflejado en sus ojos.

  --¿Qué haces ahí parada? Ve por las verduras. --Ordenó Mujina con el semblante endurecido.

  --Espera --La esclava detuvo el paso, volviendo su atención a su propietario--, antes de hacerlo lleva la charola al jardín. --Su tono fue menos duro que de costumbre, parecía más una petición que una orden, un cambio de actitud relacionado con las nuevas mejoras, sin duda.

  --Sí, amo.

Comenzó a caminar, admirando sin mucho cambio en su expresión el lugar menos caótico del castillo, era un bello jardín de flores y plantas exóticas, con varias esculturas adornando el centro y alrededores del lugar.

  --¿Qué hace ella aquí? --Preguntó curioso.

Su mirada se centró en una persona acompañada por dos pequeñines y un guardia de complexión robusta. Los infantes jugaban alegremente, mientras la dama caminaba con tranquilidad, tocando con nostalgia las flores cercanas a su mano.

  --El ministro Astra ha permitido que vengan aquí una vez cada dos lunas, Trela D'icaya. --Respondió sin ocultar nada, en realidad ella creía que su señor estaba al tanto de la información.

  --Así que Astra lo permitió. --Dijo con un tono contemplativo.

  --Usted ordene, Trela D'icaya, puedo obligarles a irse.

  --No, no es necesario. --Su mirada se fijó en los dos infantes, quienes sonreían de oreja a oreja y, por alguna razón, aquello le hizo recordar algo importante, siendo la cuestión principal sobre la cantidad de niños en su vahir, pequeños individuos con un potencial ilimitado para el futuro desarrollo de Tanyer.

Orion se sentó, con una expresión solemne al observar a los presentes, no había emociones negativas en su corazón, en realidad, no había emociones, solo era él, con un pensamiento increíblemente concentrado en todas las cuestiones relacionadas de su vahir.

  --Su comida, Trela D'icaya. --Dijo, permitiendo que la esclava colocara los platos y jarra en la mesa, junto con una copa y cubiertos de plata.

Orion asintió, sonriéndole a la mujer que con mucho miedo lo miraba desde hace ya unos segundos.

   --Señor Barlok. --Saludó el guardia robusto con sumo respeto, a la par que obligaba a los niños y dama retirarse del lugar.

  --No es necesario, déjalos. --Ordenó sin mucho interés.

  --Sí, señor Barlok.

El diario de un tirano Vol. IIWhere stories live. Discover now