Capitulo 29

1.5K 132 45
                                    

Estuve todo el día sola, pero a diferencia de otras veces, permanecí todo el tiempo en la torre de astronomía. No quería ir a mi habitación porque todos sabían que podían encontrarme ahí. Claro que la torre de astronomía tampoco era un lugar secreto, pero casi siempre estaba vacía.

Miraba las estrellas mientras leía un libro que me había dado Laurie hace unos días. Como era de imaginarse, el libro era de vampiros, pero estaba bastante entretenido. O tal vez yo tenía una gran necesidad de escapar de mi realidad.

Mientras estaba ahí, sentada en el suelo, escuché la madera del suelo rechinar. Alguien venía. Luego escuché que subieron las escaleras y miré atenta a esa dirección, hasta que vi una cabellera rubia que era imposible no reconocer.

Ignoré por completo su presencia y continué leyendo. Draco se acercó a mi y se paró frente a mi. Estaba parado mirándome desde arriba, yo seguía en el suelo.

—¿Qué lees?— preguntó tranquilo.

—Carmilla— respondí seca y sin emociones.

—¿Está entretenido?—

—Si—

—¿Y de qué trata?—

—Vampiros—

—Oh, muy bien— dijo un poco incómodo al ver que yo no me abría a la conversación. —¿Está en la biblioteca?—

—No—

—¿Entonces cómo lo conseguiste?—

—Laurie—

—¿Vas a seguir respondiéndome con solo una palabra o podemos dialogar como adultos?— preguntó impaciente.

—¿Qué haces aquí?—

—¡Al fin, más de una palabra!— celebró —Vine a... a verte... sabía que estarías aquí—

—¿Entonces, qué haces aquí?— pregunté de nuevo. Él suspiró.

—He venido a disculparme. Lo siento, de verdad, por todo lo que te dije y todo lo que hice, pero...— se quedó callado.

—¿Pero?—

—Tenemos que hablar—

—Lamentablemente ya lo estamos haciendo—

—Me refiero a que... tengo que hablar contigo, tengo que contártelo todo—

—Draco, yo no quiero saber nada de...— en ese momento me interrumpió.

—No, si quieres saberlo. Necesitas saberlo. Necesito decírtelo, porque ya no aguanto más y tú eres la persona en la que más confío—

Dejé el libro de lado al verlo tan desesperado. Le hice una seña para que se sentara frente a mi, y así lo hizo.

—¿Y bien?—

—No tengo idea de cómo empezar— dijo y yo giré los ojos.

—Bueno, cuando la tengas me...— volvió a interrumpirme.

—¡No! ¡Espera! Si sé cómo empezar... pero... es algo muy serio, Atenea. Tienes que prometer que no vas a decirle a nadie más, ni siquiera a Nott— dijo serio.

—Si, está bien. Lo prometo—

—Voy a empezar respondiendo todas tus dudas, o al menos, todas las dudas que Blaise me dijo que tenías...—

—¿Blaise te dijo?—

—Si, pero no te enojes con él. No lo hizo con mala intención, al contrario—

FIX MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora