Capitulo 26

5.5K 379 44
                                    

Desperté.
Me había dormido toda la tarde desde que Pansy se había ido. Eran las 12 de la mañana. Ya no quería dormir más, ya había dormido toda la tarde. Pensé en bajar por un snack pero realmente no tenía hambre.

Pensé de nuevo y decidí ir a dar un paseo para tranquilizar mi mente. La torre de astronomía era un muy buen lugar para cuando tenía insomnio o me sentía ansiosa. Siempre iba ahí a mirar las estrellas y relajarme un poco.

Me levanté de mi cama, me cubrí con una cobija, tomé mi varita y caminé por los pasillos a la luz de la luna. Todo estaba vacío, los pasillos que usualmente estaban llenos de gente, ahora estaban completamente solitarios. Eso era lo que amaba de la noche.

Al llegar a la torre de astronomía, vi una silueta. Reconocí ese cabello platinado desde muy lejos. En ese momento mi corazón se rompió en mil pedazos. Me acerqué a él lentamente sin decirle nada o hacer un ruido. Lo escuché sollozar mientras contemplaba el abismo, y un horrible escalofrío recorrió mi cuerpo.

Caminé hacia él y en cuanto me vio, limpió sus lágrimas. No dijo nada. Continuó contemplando el abismo. Sabía que algo lo molestaba. Sabía perfectamente lo que pasaba por su mente.

—¿Qué piensas?— pregunté calmada aunque por dentro estuviera deshecha y llena de miedo por verlo de esa manera.

Draco continuó mirando al abismo. Apretó los ojos y soltó una lágrima.

—Sé lo que piensas... Y esta no es la solución...— tragué fuerte y él me miró perdido en sus pensamientos.

—No hay solución— dijo con la voz temblorosa. Sus ojos estaban rojos, llenos de lagrimas  y su piel más pálida de lo normal. La tristeza y el miedo invadían su ser. Y por lo que veía, había estado llorando por bastante tiempo, era más que evidente.

—Está bien tener miedo cuando estás pasando por una situación así cuando y tu familia está en riesgo, es normal; pero hacer esto no va resolver nada, al contrario— tomé su brazo y él lo quitó molesto.

—¡No sabes nada Atenea! ¡No tienes idea de la mierda por la que estoy pasando!— gritó desesperado.

—¡No sabes nada Atenea! ¡No tienes idea de la mierda por la que estoy pasando!— gritó desesperado

Ουπς! Αυτή η εικόνα δεν ακολουθεί τους κανόνες περιεχομένου. Για να συνεχίσεις με την δημοσίευση, παρακαλώ αφαίρεσε την ή ανέβασε διαφορετική εικόνα.


—¡Entonces explícame!— grité con desesperación liberando una lágrima.

—¡¿Quieres saber?! ¡Voldemort se ha enterado de todo y me ha dejado una maldita misión! ¡Una misión que si no cumplo me matará a mi y a mis padres!— gritó desesperado para luego mostrarme aquellos trazos negros en su antebrazo, y yo lo miré en shock. Por primera vez, pude comprender su miedo.

—¿Desde cuando...? ¿Cuando pasó esto?— pregunté con un nudo en la garganta.

—¡Desde que inició la puta escuela! ¡Tengo esa maldita misión que creo que no voy a poder cumplir, Atenea! ¡Mierda!— gritó —¡Maldita sea!— una lágrima resbaló por su mejilla —Él va a matarme. Prefiero hacerlo yo antes de que él lo haga—

—Voy a ayudarte— dije segura sin saber en lo que me metía.

—¡No puedes ayudarme!— gritó como antes, y después su cara se tornó más triste que molesto— No puedes ayudarme—

—¡No puedes ayudarme!— gritó como antes, y después su cara se tornó más triste que molesto— No puedes ayudarme—

Ουπς! Αυτή η εικόνα δεν ακολουθεί τους κανόνες περιεχομένου. Για να συνεχίσεις με την δημοσίευση, παρακαλώ αφαίρεσε την ή ανέβασε διαφορετική εικόνα.


Lo miré con lágrimas en los ojos. No sabía qué hacer. Me sentía desesperada, y entre esa desesperación me lancé hacia él y lo abracé. Él respondió abrazándome muy fuerte y aferrándose a mi. Comenzó a llorar muy fuerte en mi hombro. Escucharlo llorar de esa manera, tan desconsoladamente partía mi corazón en mil pedazos. Lloré discretamente. Tenía que ser fuerte para él. Acariciaba su espalda con una mano y con la otra su pelo, mientras pensaba en cómo ayudarlo.

Cuando se calmó un poco, se hincó dejando caer su cabeza hacia abajo tristemente. Hice lo mismo, y él me miró frente a frente con los ojos rotos.

Me senté en el suelo, y luego lo jalé atrayéndolo a mi. Me recargué de la columna que estaba detrás mío y lo acosté sobre mi, como un niño pequeño, estaba recargado en mi pecho, de lado, con su cuerpo entre mis piernas, llorando mientras yo acariciaba su pelo.

—Lo siento— susurró triste y débilmente.

—Shh... no hay nada que disculpar— susurré al aire.

—Tengo miedo— confesó apenas audible, causándome escalofríos.

—No te preocupes, estás a salvo aquí— dije tratando de sonar segura aunque dentro de mi era todo lo contrario.

—No lo entiendes...— dijo en voz baja —...No te lo dije antes por temor, pues si te lo digo, te convierto en cómplice...pero... es cierto que mi padre es un mortífago, Atenea. Por eso está enfrentando la averiguación y ellos tienen pruebas, así que no hay manera de ayudarlo. Y lo peor es que no sólo está contra el ministerio, también contra Voldemort—

—Lo sé— dije y él se quedó callado —Escuché a mis padres hablando de ello hace tiempo. Mis padres alguna vez pasaron por lo mismo, y fue difícil a pesar de que ellos no son mortífagos. Por eso comprendo la gravedad de esto; y por eso voy a estar contigo— pasé mi mano por su cabello.

—Todo se vino abajo para mi... Eres lo único que tengo ahora.

—Prometo estar contigo para siempre.

—¿Para siempre?

—Para siempre.

-

FIX MEΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα