NOTA DE LA AUTORA: Esta historia se divide en tres partes. La primera parte para Draco Malfoy, la segunda para Theodore Nott y la tercera es sorpresa. Les recomiendo leer todas las partes para entender mejor la trama.
Hemos escuchado mucho acerca d...
Al día siguiente del partido, todos se acercaban a preguntarnos y a felicitarnos acerca de nuestra relación en cuanto nos veían con las manos entrelazadas. Incluso Peeves y algunos profesores habían demostrado interés en nuestra situación, uno de ellos fue Atticus.
Theodore, Laurie y yo salíamos de la clase de transformaciones cuando me di cuenta de que había olvidado mi libreta. Le dije a los chicos que se adelantaran y que yo iría por mi libreta.
Regresé al salón y dentro de él seguía Atticus acomodando unas cosas de su escritorio.
—¡Atenea! Que bueno tenerte aquí, ¡pasa!— dijo Atticus guardando unos libros.
—Solo vine por mi libreta, la olvidé aquí— dije entrando al salón.
—Oh, así que era tuya. Debí reconocer tu letra, es muy bella— dijo Atticus y sacó mi libreta de uno de sus cajones.
—Gracias— me acerqué para tomar la libreta.
—Dicen que la letra es el reflejo del escritor— dijo Atticus con una mirada extraña y bastante incómoda para mi.
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—Gracias— dije incómoda.
—Disculpa, ¿te incomodé? No me refería a esa manera... Me refiero a la forma de ser de las personas... Por ejemplo, la letra de Malfoy es horrible—
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—Eso creo— dije, nuevamente sin saber qué responder.
—Lo siento, ¿aún son amigos?—
—No, no lo creo—
—Que bueno. Nunca me han agradado los Malfoy, sobre todo Lucius. Pienso que debería cortarse el pelo, pero creo que de ahí saca toda su arrogancia— se burló Atticus.
Verdaderamente yo no sabía qué decir. Se sentía como si estuviera presenciando un monólogo, no una conversación. Además, Atticus hacía que todo se sintiera incómodo; en general, él era una persona muy incómoda.
—Así que... ¿Theodore y tú son novios?—
—Si, profesor—
—No me digas profesor, llámame por mi nombre... Y qué lástima—
