Capitulo 25

6.3K 374 7
                                    

Pasaron unos cuantos días. Fueron días un poco diferentes a los otros, pues estábamos en época de exámenes. Siempre estudiaba con Draco, pero esta vez tenía que ser la excepción, así que estudié con Pansy.

Le ayudé con ciertos temas que ella no entendía de algunas clases, pero estudiar con ella era muy diferente a estudiar con Draco. Y no lo mal entiendan, estudiar con Pansy era divertido, pero no estudiábamos del todo. Me contaba cosas, nos distraíamos y en lugar de enfocarnos en el tema hablaba de otras personas, específicamente Terence Higgs.

Estudiar con Draco era estudiar completamente, pero nunca era aburrido. Siempre tenía la paciencia de explicármelo todo.
Él era muy bueno en la escuela. Sus notas estaban al mismo nivel que las de Hermione. Y él no se tenía que esforzar demasiado estudiando, ni sufría con las tareas porque las hacía siempre con tiempo, y no las dejaba al último, como yo. Ambos éramos muy diferentes, pero al mismo tiempo tan iguales. Nos complementábamos el uno al otro.

Estaba preocupada por él. No lo había visto más de tres veces en esa semana. Y cuando lo veía, se veía cansado, triste, vacío y hasta se veía más pálido y ojeroso, pero desaliñado nunca. Su pelo siempre estaba bien peinado, su corbata bien acomodada y su camisa siempre planchada, además siempre olía delicioso.
¿Pero cuál era el punto de verse bien por fuera si por dentro estaba roto?

Yo sabía que algo estaba pasando con él, pero aunque se lo pedía y él me lo prometía constantemente, nunca me tenía al tanto de su situación, y me sentía inútil porque no podía ayudarlo.

Todo eso pasaba por mis pensamientos, hasta que Pansy llamó mi atención con su mano.

—¡Atenea!— me gritó recostada en mi cama con su libro abierto —¿Me escuchaste?

—No, lo siento.

—Bueno— suspiró —Estaba diciendo, que Zabini me dijo que los de Ravenclaw harán una fiesta porque ganaron el partido de Quidditch y lo mejor es que... ¡Atenea!—

—Perdón... Pansy, no te ofendas, pero no me interesa ninguna fiesta por el momento— dije aún hundida en mis pensamientos.

—¡Que amargada!— se sentó a mi lado —Ya en serio, ¿en qué piensas?—

—Nada importante.

—¿Con quién crees que estás hablando? Soy tu mejor amiga, ¿no? Claro que sé qué hay algo sucediendo contigo.

—No puedo decírtelo.

—Tal vez por eso deberías considerar decírmelo.

La miré a los ojos y me gire completamente hacia ella —Está bien, te diré, pero sólo porque eres mi mejor amiga y confío plenamente en ti—

—Wow, ¿Tan grave es? Mejor no me cuentes entonces— bromeó —Mentira, cuéntamelo todo—

—Pansy...— suspiré —...Draco y yo aún estamos juntos—

Pansy me miró extraña y la sonrisa se le borró dejando un rostro de sorpresa —¿Qué?—

—Si. Seguimos juntos. Pero no le dijimos a nadie porque él está pasando por una situación muy complicada y no quiere meterme en problemas, ni a ustedes, por eso se alejó de nosotros... Pero no sé qué hacer, esta semana lo he visto tan mal...De verdad no sé qué hacer— dije triste.

—Lo lamento tanto, y desearía poderte dar un buen consejo pero no sé qué decirte...— me miró con compasión, pero luego miró su reloj.

—No tienes que decir nada, sólo necesitaba a alguien que me escuchara y por suerte estás tú...—Pansy se levantó de la cama y comenzó a guardar sus cosas rápidamente —¿Qué pasa?— pregunté confundida.

—Olvidé que tenía clases ahorita—

—¿Clases? ¿De qué?— pregunté extraña pues Pansy no me había contado de ninguna clase.

—Transformaciones o algo así. Bueno, debo irme. Lo lamento, Atenea. Hablamos después ¿si?— dijo y sin decir nada más se fue de mi cuarto.

Me sentía mal. Era evidente que Pansy mentía, pero no encontraba alguna razón por la que mentiría y se fuera como lo hizo. Se veía bastante sospechosa. En ese momento comprendí a lo que se refería Draco.

Me sentía frustrada porque quería ayudar a Draco y no podía, y ahora porque no sabía qué hacer con Pansy. Ni siquiera había entendido algo de lo que había sucedido. Tampoco podía mentir y decir que no me molesté porque en realidad si lo hice y mucho.

Enojada, cerré mis libros de estudio. Los puse en mi escritorio y me lancé a la cama frustrada.

Mientras miraba por la ventana una lágrima resbaló por mi mejilla. Era de frustración e impotencia por no poder ayudar a los que amaba, así como de tristeza.

-

FIX MEWhere stories live. Discover now