Capitulo 16

7.9K 562 35
                                    

Desde que Adrian había abandonado la habitación, yo no podía dormir. No tenía sueño. Me giraba a un lado, luego al otro. Miraba al techo, luego cerraba los ojos; y nada parecía funcionar. Mi mente estaba siendo invadida por pensamientos que no cedían.

Después de unas horas más sin lograr conciliar el sueño, decidí salir a caminar un rato. Se había vuelto tedioso tener que esperar a que el sueño me invadiera, porque aunque intentaba de todo nada funcionaba. Paseaba por los pasillos cuidando que ningún profesor me viera. Aunque no era demasiado problema, pues aún tenía el mapa que Fred y George me habían dado.

Al llegar a la torre de astronomía, noté que había una silueta admirando el abismo. Por un momento pensé que era algún profesor. Me acerqué lenta y cautelosamente hasta que pude saber de quién se trataba. Era Theodore, estaba sentado en la esquina de la terraza contemplando las estrellas, el paisaje o el abismo.

—Cuidado, Nott... Podría pensar que estás a punto de saltar al mar y créeme que desde esta altura eso no terminaría muy bien — bromeé saliendo de mi escondite.

—Me asustaste— se rió —¿Qué haces aquí a esta hora?—

—No puedo dormir... ¿Y tú?— me senté a su lado.

—He venido a lanzarme— giré los ojos con una sonrisa y él comenzó a reírse —Es broma... En realidad estoy muy feliz... Las cosas no podrían estar mejor para mi.

—Que bueno, Theo— sonreí —Me alegra que estés tan feliz... lo mereces— me miró a los ojos y me dio una sonrisa compasiva.

—Gracias. ¿Cómo te fue con Pucey?— me miró y yo lo miré sorprendida —Lo vi entrar a tu habitación. Justo iba a llevarte comida, pero lo vi entrar y supuse que él tenía la misma idea en mente, sólo que él se adelantó. Espero que te haya hecho muy feliz... la comida, claro— me miró pícaro y reí.

—Y me llevó mucha felicidad, créeme— bromeé y ambos reímos —No, sólo hablamos y...—

—¿Y?

—Me invitó al baile.

—¿Al baile? ¡¿Y qué le dijiste?!

—¡Shh! ¡Van a escucharnos!— susurré.

—¿Y qué le dijiste?— susurró.

—Le dije que si.

—¿Y Malfoy?— preguntó y suspiré.

—Las cosas con él han estado muy raras últimamente, por no decir mal. Me evita todo el tiempo, si me acerco a preguntarle algo contesta a la fuerza y se va, pero cuando le pregunto qué pasa, me dice que todo está bien... O bueno, decía, porque no hemos hablado en una semana...

—¿Y tienes idea de lo que pase?

—No. La verdad no. Pero sé que estar con él es un caso perdido. Y estoy cansada, Theodore. Estoy cansada de sentirme así todo el tiempo. Estoy cansada de no saber qué esperar de él y de que mi estabilidad dependa de él. Ya no puedo.

Theodore me abrazo. Me recostó en su pecho, aún sentados, y comenzó a jugar con mi pelo. Estaba triste, pero era curioso porque ya ni siquiera tenía ganas de llorar. Era como si lo hubiera dejado ir, pero no por completo.

—No siento que tenga una relación, ¿sabes? Sé que tengo novio, pero no siento como si lo tuviera. Y lo extraño, lo extraño demasiado. Pero tampoco puedo fingir que no ha pasado nada y que todo sigue igual.

—Lo sé. Sé que lo extrañas. No sé qué esté pasando por su cabeza en este momento, y se supone que es mi mejor amigo, pero sé que se está comportando como un idiota. Lo siento, Atenea.

—No, no lo sientas. No es tu culpa. Y no quiero ser objeto de lástima— bromeé y él rió.

—Hasta cuando estás triste eres orgullosa. Sé que no es el momento de decirlo, pero es algo que Malfoy y tú tienen en común... Trataré de averiguar qué pasa con Malfoy, ¿si?

—No, Theo, no te preocupes por nosotros. Al final todo se va a solucionar, siempre es así... Pero bueno, suficiente de mi, ¿cómo van las cosas con Hannah?

—Jamás había estado tan feliz, Ate— me miró con ese brillo en los ojos —Hoy, después de la cena, fuimos al bosque y bailamos a la luz de la luna... ¿Te digo algo? No me considero una persona romántica, de hecho odio los libros de romance y todo lo que tiene que ver con el amor. Pero Hannah, ella ha cambiado toda mi perspectiva de todo— sonreí, amaba verlo feliz, aunque eso significara que pasara menos tiempo con nosotros, no importaba. Lo único que me importaba era su felicidad.

—¿Sabes? Hannah es muy afortunada... Mírate, solo tienes ojos para ella... estás enamorado.

—¿Bromeas? Yo soy aún más afortunado... No solo la tengo a ella, también te tengo a ti— dijo sonriendo y lo abracé.

-

FIX MEWhere stories live. Discover now