¿Nueva familia?

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Apenas vio a Leia llegar al Clan con la cola en alto e ingresar a su guarida con un semblante digno de admirar y envidiar, Luke se preguntó por qué ella estaría tan feliz y radiante. Se suponía que solo había ido al río a tomar agua, ¿no? No era la gran cosa. No había razón para tanta dicha.

¿O sí la había y él era muy ciego para notarlo? Un leve hormigueo desde la punta de su cola hasta sus orejas le hizo saber que algo escondía su querida hermana.

—¿Dónde estará Rey ahora?

Además de la principal, otra duda acechaba su mente en ese mismo instante. No sabía nada de su aprendiza desde el anochecer. ¿Acaso se habría ido a dormir a otro lado muy lejos de él y sus responsabilidades matutinas como futura curandera? Como fuera, los nervios lo asaltaron sin tregua al pensar en dónde podría estar.

El Clan Oscuro fue su primera opción. Y rezó fervientemente por que se estuviera equivocando.

Rey era leal. Ella pondría la razón sobre su corazón.

O al menos eso quiso creer, hasta que la vio aparecer entre el follaje del bosque con el pelaje goteando levemente.

Agua. Sí. Ella debió ir al río, seguramente a beber o a refrescarse. Sin embargo, su caminata nerviosa y trémula le hizo darse cuenta que había algo más.

El río dividía los territorios, separaba los Clanes, los protegía de diversos ataques sorpresas. A menos, claro, que lo guerreros opuestos supieran nadar perfectamente.

Luke flexionó las garras, suspirando en un intento inútil por liberarse de la tensión en sus omóplatos.

Del Clan Oscuro, había solo un felino que sabía adoraba el agua y nadar en ella cual pez encantado.

—Ben.

Ese nombre de antaño que se rehusaba pronunciar, le pertenecía sin duda al gato que probablemente se había robado a su aprendiza durante la noche anterior.

No había otra explicación ya. Cualquier cosa que Rey le dijera en excusa sería mentira, pues incluso su apariencia desaliñada y húmeda la delataba.

Había estado con su sobrino. Y sabía la Fuerza cuántas veces más habría sido igual.

No creía que fueran pocas si consideraba que, antes de que ella lo encontrara, ya conocía por lo menos de nombre al desparecido Ben Solo.

—¡Rey! —llamó, dispuesto a reprender su conducta escapista e infantil.

Si iba a ser curandera, debía comportarse como tal, no como una cachorrita torpe e ilusionada con un macho que no hará más que lastimarla cuando se entere de la clase de monstruo que es.

Rey lo vio acercarse y no pudo evitar respingar del asombro y repentina vergüenza. Esos ojos azules serios que la miraban no indicaban que fuera a decirle algo precisamente bueno.

Mantuvo la compostura e hinchó el pecho, desafiante, en lo que esperaba llegara y se parara delante suyo ceñudo y malhumorado. Agitó la cola también, retirándose las gotas que esta aún poseía adheridas.

—Maestro Skywalker —su nombre salió como un siseo, uno cauteloso que guardaba cierta molestia e incomodidad. Lo creyó dormido e ingenuo a su salida nocturna del campamento —. ¿Ocurre algo?

Se hizo la desentendida, la que no tenía idea de por qué la observaba tan enfadada y fijamente. Luke le mostró los colmillos, únicamente para luego esconderlos. Sus garras robustas y llenas de cortes pequeños rasgaron la tierra con fuerza.

—Se puede saber, ¿dónde has estado ayer? —preguntó directo, sin rodeos. Ella parpadeó, poniéndose en alerta.

Bien. Tal parecía que sí sabía de su huida.

Star Paws: A New WarriorTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang