Sentimientos encontrados

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Desde que habían llegado a la boca del túnel donde solían interrogar a sus prisioneros, Kylo no había dejado de caminar de un lado a otro totalmente sumergido en sus pensamientos. Phasma y Hux lo veían manteniendo cierta distancia. Ninguno nunca antes lo habían visto tan extrañamente nervioso, incluso les daba miedo.

No llevaba a la guerrera dormida sobre su lomo, esta se encontraba ya en el interior del túnel, con las zarpas ligeramente esposadas por unos pares de zarcillos filosos. No le agradaba la idea de alejarse de ella, ni que mucho menos estuviera capturada como si de una traidora se tratara, pero era necesario si no quería seguir levantando sospechas sobre su repentino y notorio interés en ella.

—Tranquilo, Ren —Hux se acercó al cabo de unos minutos en silencio. La mirada seria y feroz que el Lugarteniente le dedicó por poco lo paraliza —. No tienes que interrogarla tú si no quieres —Kylo controló sus emociones, esperando a que su amigo terminara su idea desagradable. Intuía por donde iba —, puedo hacerlo yo o Phasma —buscó apoyo en la guerrera gris, pero esta simplemente lo ignoró —. El Líder Snoke no le importará quién trate con ella, tal vez hasta él mismo lo haga.

—¡Nunca! —le gruñó, arañando bruscamente la tierra bajo sus zarpas —Antes muerto a que Snoke toque a mi guerrera.

Dio la vuelta y se encaminó hacia el túnel sin mirar a sus impactados amigos detrás suyo. Phasma se acercó a Hux rápidamente al verlo quieto como una piedra.

—Te lo dije —el guerrero le miró de mala manera —. Esa gata no es cualquier gata, es una muy especial.

—Ya me di cuenta, Phas, gracias —le siseó, lamiéndose el pelaje desordenado de su pecho. Se había le erizado cuando Kylo le gritó. No tenía miedo, no tanto, pero si le aterró el saber que su vida entera había pasado delante de sus ojos —. Si cree que así esa hembra le hará caso, está muy equivocado.

—Silencio, Hux, ¿olvidaste que puede leer mentes?

—Solo digo la verdad, Phasma —dijo divertido, ganándose un empujón por parte de su amiga —, si lo que busca es conquistarla, mínimo debería llevarle un conejo o un par de flores.

—Contigo no se puede, Armitage —se unió a su burla, olvidándose también que Ren fácilmente podría leer sus mentes —. Además, ¿qué te asegura que, entre todo ese pelaje negro y blanco que tiene, no esconde un ramo de rosas?

Hux y Phasma tenían suerte que él estuviera más concentrado en su deber con la hembra cautiva porque, de no ser así, él mismo habría ido a callarlos con sus garras sobre sus cuellos.

Aunque tal vez en algo tenía razón Hux. Así vacío como estaba nunca conseguiría enamorarla.

Si tenía la oportunidad, leería en su mente sin que lo notara para descubrir qué le gustaba. Esperaba que le gustara tanto los conejos como él porque así se le haría mucho más fácil traérselos a sus pies.

Entró finalmente al túnel a pasos lentos para no molestarla. No había escuchado protesta alguna desde el interior, por lo que suponía debía seguir inconsciente.

Un ángel…

En efecto, dormía como un ángel. Tranquila, cómoda, como si nunca la hubieran secuestrado y prácticamente encerrado.

Solo faltaba estrellas en su pelaje para que Kylo creyera que se trataba de una auténtica guerrera estelar.

Se acercó un poco más, rozando suavemente con la punta de su zarpa sobre las orejas gachas de ella. Su pelaje moviéndose al ritmo de su respiración acompasada, su cola agitándose seguramente por el sueño que tenía… si tan solo pudiera solamente recostarse a su lado y compartir su calma.

Star Paws: A New WarriorWhere stories live. Discover now