Mucho más que solo plantas y estrellas

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Poderosa Luz, poderosa Oscuridad… —repitió Luke las palabras de su Maestro en las estrellas, al fin convencido de que sus antepasados siempre supieron sobre el destino enlazado que su sobrino y aprendiza poseían.

Frente suyo, Obi Wan asintió, satisfecho de al fin haberlo hecho entrar en razón después de tantos intentos en vano. Tal vez le había costado bastante lograrlo, pero cada largo segundo que le tomó, que sufrió en silencio, valió la pena.

—Así es, aprendiz mío —coincidió, volviendo a asentir mientras su mirada se paseaba de él hacia su entorno azulado, el cual iba desapareciendo de apoco —. Tu aprendiza jamás estuvo destinada a la curandería como tal, sino a estar al lado de quien será su leal compañero de vida, quien la ayudará con la fuerza de su amor a traer la paz y el balance que el bosque necesita con tanta urgencia.

—¡Tengo que volver y decírselo a Leia, Maestro! —se levantó de un salto, dándole rápidamente la espalda al felino estelar que luego lo alcanzaría y detendría ubicándose justo delante suyo otra vez —¿Qué pasa? ¿por qué la interrupción?

—Tu hermana ya está enterada de lo ocurrido tanto en las estrellas como en el mismo bosque, Luke —informó un tanto apresurado, recordando que Leia debía seguir aún en las estrellas hablando con Han Solo.

Ese era momento de ellos y no quería que su aprendiz de antaño los interrumpiera, no cuando habían pasado por tanto para volver a verse nuevamente.

El viejo curandero comprendió y tomó asiento de nuevo. Si su Maestro le decía que su hermana ya estaba enterada de todo, entonces no había razón válida para andarse con prisas. Aunque, una vez calmado, reparó que había otro motivo más por el cual asustarse.

Su entorno estaba desapareciendo, lo que quería decir que pronto despertaría en la realidad donde su hermana y Clan lo buscaban sin cesar.

Luke suspiró, encogiéndose en su sitio, apenado por la situación de allá afuera.

Él se había escapado, aterrado por lo que la unión de los Clanes pudiera significar ahora tanto para ellos como para sus enemigos. No quería más guerras, pero tampoco deseaba que se metieran en otra por una alianza dudosa. Nada le aseguraba que la paz entre ellos fuera a durar para siempre, o se fuera a terminar mañana mismo por diferencias en los liderazgos o…

—Te estás ahogando en un vaso de agua, Luke —respondió Obi Wan a sus pensamientos llenos de miedo, esos que implícitamente le preguntaban la duda que le diría a continuación.

—¿Y si estamos haciendo mal, Maestro? Siempre ha habido dos Clanes guerreros en el bosque —dijo en voz alta sus temores, provocando que el fantasma se afligiera por él y le pasara la cola por el lomo en señal de tranquilidad y comprensión.

—No todos los cambios son para mal, aprendiz —pegó su nariz arrugada por la edad sobre su frente. Luke respingó al sentir extrañamente como ese simple gesto emanaba una calidez comparada con la de un felino vivo —. A veces son lo mejor que podemos hacer para poder avanzar y superarnos.

Tengo miedo —confesó su más grande sentir, su más grande verdad cada que actuaba según lo que él creía mejor para los suyos —. Miedo de fallar, de no ser lo suficiente para mi hermana, para Rey, para Ben y para todo mi Clan cuando vuelva con ellos, a casa.

—Todos tenemos miedo, Luke —lo miró a los ojos detenidamente, viendo por un momento al aprendiz que una vez entrenó en el pasado y no al curandero que era en realidad —. Sin embargo, no puedes pretender vivir siempre una vida sin miedo, sin riegos que te ponga a prueba contantemente.

—Pero…

—Nunca olvides que el miedo, es solo el precursor del valor.

Por cada palabra dicha, el cuerpo de Obi Wan iba desapareciendo de apoco ante sus ojos azulinos, dejándolo sin aliento, temeroso por lo que ocurría también con su entorno. Estaba despertando.

Star Paws: A New WarriorΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα