Prólogo

191 25 35
                                    

Rey sabía que un anciano muy raramente mentía o se equivocaba respecto a lo que era seguro o no para sus jóvenes más allegados. Comprendía muy bien los motivos por los que se preocupaban, pero casi nunca podía evitar preguntarse qué tan cierto eran esas historias que con mucho empeño les enseñaban y advertían.

No eran pocos los que afirmaban que el bosque se trataba de un lugar horrible lleno de criaturas sin corazón, que aquel que se atreviera a entrar estaría cometiendo un auténtico suicido. Rey, sin embargo, dudaba que en verdad fuera así, ella vivía pegada al bosque y no había visto nada fuera de lo normal, más allá de simples aves y roedores.

Esa noche, sentada sobre el borde de su cerca, volvió a suspirar. Era demasiado tarde para seguir soñando despierta. La libertad que tanto añoraba todavía debía esperar y seguir existiendo únicamente en lo profundo de sus más salvajes fantasías.

Saltó desde la mediana altura y trotó de regreso al interior de su casa, encontrándose de inmediato con sus dueños que la recibieron acariciando su cabeza y ofreciéndole su cena.

Una vez ellos se marcharon a dormir, ella hizo lo mismo, caminando hacia su lecho y ovillándose rápidamente en busca de calor. Hacía tiempo no dormía bien y esperaba que al menos esa noche fuera una excepción.

Apenas sus ojos se cerraron, un frío gélido la envolvió y la obligó a despertarse cuanto antes si no quería morir congelada. Obedeciendo su instinto de supervivencia, se levantó de golpe y, asustada por lo que vio, se descubrió muy lejos de su hogar en un lugar desconocido para ella.

Estaba en el Bosque, o eso parecía si juzgaba su entorno rodeado de árboles enormes y nevados.

—Wow… —fue lo único que pronunció, antes de que cayera en cuenta que su cuerpo entero estaba sumergido en la nieve.

Al cabo de un pequeño forcejeo, logró librar sus zarpas y colocarlas por encima, estabilizándose torpemente segundos después. Parte de su pelaje blanco se camuflaba fácilmente con la nieve y los varios copos que aún caían.

Rey no perdió más tiempo y echó un vistazo a su alrededor. No había nadie más allí, ningún otro ruido que no fueran sus crujientes pisadas se oía.

Fue tal la paz y tranquilidad que sintió embargar su corazón, que no dudó ni un minuto más en correr a través del claro, con el viento fresco golpeando su rostro y despeinando su pelaje.

No tenía idea de adónde se dirigía o si había un fin tras el camino que felizmente recorría, pero si de algo estaba muy segura era que no se detendría hasta averiguarlo.

Tan concentrada había estado en su carrera y en que no resbalara con ningún deshielo que se entrometiera, que no se había percatado que unos extraños susurros desconocidos hablaban a sus espaldas.

—¿Hay alguien ahí? —preguntó al aire, esperando una respuesta que claramente nunca llegaría.

Si ese era solo un sueño, en verdad era el más realista que había tenido en toda su vida. El frío, la sensación de miedo que la envolvió apenas las voces se hicieron escuchar nuevamente, todo se sentía tan real, tan vívido que deseó despertar del sueño que parecía estar convirtiéndose en una pesadilla.

Corrió otra vez, a ciegas por la nieve, tratando inútilmente de huir a como diera lugar de ellas. Pero estas la seguían y amenazaban con tragarla viva con la oscuridad aterradora que ella misma se había imaginado.

—No, no, no —había dado de cara con un muro hecho de roca, uno imposible de escalar incluso con el mejor agarre de sus garras.

Giró en redondo y esperó por su fin. No había nada que hacer, si solo así despertaría, entonces tampoco había que perder.

La sombra oscura de un gato aparecido la hizo temblar.

Rey desenvainó las garras en lo que su pelaje se erizaba, tanto de frío como de miedo. Cuando el gato misterioso saltó hacia ella con la única intención de herirla, una segunda sombra, una más grande y corpulenta, la salvó en el último minuto.

Se agazapó contra la nieve mientras que sus ojos verdes viajaban en la pelea en la que su rescatador se debatía con el supuesto enemigo. El primero pronto desapareció cuando fue lastimado de gravedad por un corte mortal en su cuello y omóplatos. El vencedor también lo hizo, no sin antes mirarla intensamente con unos ojos ambarinos fieros y cálidos.

—¡Espera! —no sirvió de mucho pedir que no se fuera, pero la esencia abrumadora que dejó fue suficiente para calmarla.

¿Quién había sido ese misterioso gato sombrío que había arriesgado su propia vida para salvarla? El cambio brusco que sufrió su escenario evitó que continuara metida en sus pensamientos.

Apareció de nuevo en el bosque, solo que una localización un poco más distinta que la anterior. Cada que miraba hacia arriba, sentía los numerosos árboles nevados consumirla.

Repentinamente, sin darle tiempo a estudiar su modificado entorno, alguien le habló detrás suyo. Era una voz tranquila, amable y extrañamente familiar.

—Quédate aquí. Volveré por ti.

Rey buscó en la noche, en los copos de nieve que de a poco caían.

—¿Dónde estás?

—Volveré por ti, cariño. Lo prometo.

Quiso rogarle por que se quedara, porque no la abandonara en ese lugar de pesadilla.

—¡No te vayas! ¡Aquí estoy!

Pero siguió sin responderle y, sin saber qué hacer, corrió hacia dónde creía haberlo escuchado.

La nevada la cegó, y el hielo y su determinación se unieron en su contra para traicionarla y hacerla irremediablemente resbalar y caer en un hueco oscuro, aterrador y sin fondo.

—¡No!

Gritó muy alto, despertando con el pecho agitado y con el cuerpo totalmente acalorado.

Rey miró desesperada a su alrededor y se tranquilizó cuando notó que otra vez estaba segura en su hogar.

Se apartó de su lecho hacia el platito que contenía agua y bebió de él como si de una muerta de sed se tratara. Ciertamente, así se sentía, como si de verdad hubiera recorrido muchos y muchos quilómetros eternos.

Fue hacia la ventana abierta y asomó lentamente la cabeza para respirar el aire familiar y puro que no tardó en relajarla.

Las dudas sobre lo soñado seguían aún a flor de piel, pero no había a quien acudir sin que antes la tomaran por una lunática.

Definitivamente sería una noche muy larga.

——————

Bueno, bueno; empezamos una nueva aventura.

¿Qué tal? Nada mal, ¿cierto?

Solo para decirles que si les gustó, dejen su voto y comentario 😊

Chaoooo

Star Paws: A New WarriorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora