Capítulo 63.

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— Matt, bésame.

Su mirada se fija en la mía, es tan intensa que casi me intimida. Es como si pudiera leer todo lo que pienso en este momento.

Deseo, miedo, excitación, ganas...

— ¿Estás segura de que es lo que quieres...?

Mi razón me dice que lo deje pasar, que elija a un hombre más simple, alguien con quien llevar una vida normal pero mi corazón me dice que tiene ganas de más.

Cuando se ha conocido lo excepcional, difícilmente se puede acostumbrar uno a la banalidad.

— Sé que tú eres lo que yo quiero. Y para ser sincera, estoy aterrorizada por la fuerza de los sentimientos que tengo hacia ti. Pero no puedo luchar, me obsesionas...

Cojo su nuca entre mis brazos y apoyo mi frente contra la suya. Cierro los ojos para disfrutar de este momento, tengo miedo de que cuando salga del vehículo todo desaparezca. Está noche en la que he estado a punto de perderlo para siempre, me he dado cuenta de lo mucho que le quiero.

Como dos imanes que se atraen irremediablemente, mi boca se encuentra a la suya, busco sus labios lentamente, como si los descubriera por primera vez. Su olor, su contacto, sus abrazos... Todo en él hace vibrar cada parte de mi ser.

Agarra mi cintura con sus manos, que parecen estar moldeadas para adaptarse a mis curvas. Coloca su mano sobre mi muslo para sentarme suavemente sobre sus rodillas. Mi cuerpo sigue instintivamente su invitación. Con la otra mano acaricia mi nuca e inmediatamente sus labios besan los míos y su lengua se introduce para fundirse con la mia.

Le abrazo. Su gusto, su olor, su fuerza, todo está de nuevo aquí. Recupero lo que tanto me ha faltado.

Su cuerpo es cálido, firme. Noto como se tensan sus músculos bajo su traje. Tengo la piel de gallina, pero no es por miedo.

— Matt... Quiero tus manos por todo mi cuerpo.

Sé que estamos en una limusina, circulando por las calles de la gran manzana, que Dave está delante... Pero todo eso carece de importancia. Poco importa si una mirada indiscreta sorprende nuestros juegos sexuales. No hay nada más que él y yo en este momento de pura voluptuosidad y de ardiente deseo.

La intensidad de su beso se hace más poderosa, todo mi cuerpo se electriza bajo este apasionado momento. Lleva su mano hacia mi muslo desnudo y acaricia suavemente cada centímetro de mi cuerpo.

Mis dedos se enredan por su pelo desde su nuca para que su boca se pegue más a la mía y en ese momento dejo escapar un gemido, absolutamente abandonada a sus expertas manos y su ávida boca.

Noto como sonríe. Sabe que me vuelve loca. Y saber que él lo sabe no hace más que aumentar mi excitación.

Mi respiración es jadeante cuando interrumpe nuestro beso. Las luces desfilan detrás de las ventanas y dan al habitáculo un color casi mágico. Mágico como este momento.

— No quiero que nunca dudes de ti. Eres la única que me hace vibrar, Bridget.

Dios mío, si no estuviera sentada, juro que me caería fulminada al suelo.

Es tan fuerte el deseo que es casi doloroso. Todo mi cuerpo está esperando sus caricias, sus besos y esta plenitud que él me da. Tomo su boca como si fuese la última vez, como si este momento fuera irreal y todo fuera a desaparecer pronto. Una ola de crudo deseo se propaga por todo mi cuerpo, no voy a parar hasta que satisfaga esa ardiente sensación que me invade completamente.

Esta vez, su beso se hace más brutal, más posesivo. Sus manos se insinúan debajo de mi fada y el tejido se sube hasta mi cintura. Toca la fina tela de encaje y acaricia mis caderas.

Predecible ©Where stories live. Discover now