Capítulo 21.

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— Ahora, si usted está interesada en este trabajo, no me decepcione más. Puede irse.

Me gustaría poder defenderme pero no me da la oportunidad. Esta vez fui demasiado lejos, la conversación ha terminado.

Al salir de la oficina, miro al suelo y me apoyo en las paredes. Cuando paso al lado de la secretaria, me manda una mirada traicionera. Prefiero ignorarla, ella no se lo merece y honestamente, no quiero atraer de nuevo la atención de Carter.

Rápidamente me refugio en mi oficina, cierro la puerta y me inclino suspirando. Paso una mano sobre mi pecho, suspirando.

— ¡Joder, tengo la cabeza a punto de explotar!

Cierro los ojos por un momento para contener las lágrimas que amenazan con estallar. Me siento pésima, Carter me ha sarmoneado severamente, he ido demasiado lejos... He estado a punto de perder mi trabajo.

— ¡Joder! —respiro profundamente avanzando hacia mi mesa. Realmente tengo un problema con arruinarlo todo.

Después de echarme la bronca interiormente, decido dejar de lamentarme. Después de todo, no me ha despedido. Lo que me da la oportunidad de arreglarlo.

— Vale, está bien. —me animo a mí misma en voz alta y me dejo caer sobre mi cómodo asiento.

Le envío un e-mail a Logan discúlpame por haberle dejado plantado en el concierto la otra noche. Yo sé que no le importará, el resentimiento no forma parte de su vocabulario. Creo que el mayor tiempo que ha mantenido la boca cerrada es por cinco minutos.

Miro mis mensajes recibidos, tengo ya uno de Carter, en el cuál me envía una lista de nuevos contactos, personas influyentes que conoció en la gala. Me duele el corazón pensar en esa noche, es como un bucle en mi cabeza: ¿Pasó la noche con aquella mujer?

¿Pero, y a mi que me importa?

¡Puede pasar la noche con quién quiera! Por un lado no es mi asunto y por otro, no entiendo el porqué me molesta tanto. Aparto estos pensamientos intensivos y me concentro en el trabajo, tengo una lista de contratistas con los que la empresa podría abrir nuevos negocios.

Me pide que le pase algunas llamadas y que organice un par de reuniones para mantener el contacto. En su mensaje nada deja entrever su posición. Está claro que ha pasado página, por lo menos aparentemente. Antes de cerrar la bandeja de correos, Logan me responde: "¡No te preocupes preciosa, no hay problema! Como con Maik en Bob a mediodía, ¿vienes?"

El buen Bob, que lleva a las arterias al desastre con sus sándwiches, que contiene más grasa que el propio sándwich. Y a mi pesar, me encanta ese tipo de sándwiches, sé que mi estómago se quejará pero al final aguanta, es algo casi compulsivo. Pienso por un momento tocando la pluma contra mis labios, es una decisión difícil.

La oportunidad de ver a mis amigos impera sobre la razón y decido aceptar. Una pequeña noche en ayunas y mi cuerpo no lo notará. Además que hoy me hace falta reír un poco.

(...)

Logan y Maik ya están frente al camión de Bob cuando llego. El primero me da una cálida sonrisa, antes de que me apriete entre sus brazos y el segundo me dirige una sonrisa maliciosa.

— Pedí por ti, lo de siempre.

— Gracias Logan. ¿Cómo estáis?

— Bien, bien, imagínate que tendré hasta una nueva compañera... Ian está en ello.

— ¿Crees que va a contratar una mujer espectacular? —su amigo Maik interviene con burla.

— No seas celoso Maik... ¿No hay chicas guapas en tu piso?

Predecible ©Where stories live. Discover now