Capítulo 15.

21.7K 1.2K 76
                                    

— Yo no soy de aquí. A veces me siento perdida en esta gran ciudad, pero supongo que me iré acostumbrando. —Lawler simplemente asiente cortésmente.

Me quedo callada, mi mirada se pierde en el camino. Entre Carter y su chófer, algo me dice que tengo un montón de cosas por descubrir.

***

Al llegar a casa, voy a ver a Alger. Esperaba encontrarlo como una pulga pero al contrario, está acurrucado durmiendo profundamente. Me tiro en el sofá y cierro los ojos, este día fue agotador.

Poco a poco mi mente se deja ir y vuelvo a pensar en la entrevista con Carter...

(...)

— ¿Qué ha aprendido en este momento, señorita Evans? —Carter me mira, con un cóctel en la mano.

Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que estamos en una azotea, al exterior. Es de noche, una fresca brisa revuelve mi pelo. Escucho desde abajo el ruido del tráfico en aumento.

— Le gusta controlar la situación. Ni una sola vez ha perdido su temperamento.

— Yo también aprendí algo esta noche... —su tono enigmático me impide decir algo.

Carter pone su mano contra mi cuello y me empuja a besarle. Mi corazón pierde el control. Sus cálidos labios han conservado el gusto del whisky. La sensación es voluptuosa, suave e inquietante. Mi cuerpo entero parece vibrar con su contacto. Cuando abro los ojos de nuevo, estamos en la limusina.

— Estará en casa en cinco minutos, señor. —Lawler me mira por el espejo retrovisor.

¿Qué? ¿Pero qué...?

— ¿Y si le hago perder el control?

Poco a poco desliza sus manos por mi cuerpo y me mueve sobre el asiento de atrás. Carter se inclina hacia mi y poco a poco acaricia cada centímetro de mi piel. La sensación es deliciosa como si ya lo hubiese sentido antes. Como si me reclamara de nuevo. La sensación es demasiado agradable para seguir luchando, sólo quiero sentir sus manos y su cálido aliento por todo mi cuerpo.

La presencia de Lawler en la parte delantera no me molesta, incluso es más emocionante. Me siento ardiente. Estoy ardiendo. De repente las llamas parecen bailar al exterior del vehículo. Parecen acercarse más y más rápido hasta que lo incendian.

(...)

Me despierto de un sobresalto, estoy empapada de pies a cabeza. Tengo la espalda sudorosa y mi corazón late a toda velocidad. Hago una mueca, el cuello y la espalda me duele... Me doy cuenta de que me he quedado dormida en el sofá.

Me siento muy emocionada de repente. Decido que es mejor tomar una ducha de agua fría para extinguir el fuego que arde en mi vientre.

— ¡Bridget... Estás de broma!

La buena noticia es que sólo era un sueño, por lo tanto no he hecho nada malo. Pero era muy, pero que muy bueno. Sólo espero que Carter no me pregunte mañana por la mañana si he pasado una buena noche...

***

Esta mañana no me he cruzado con él, debo decir que me conviene. Después de soñar todo lo que pasó en la parte trasera de su limusina me siento débil con la idea de verlo. Tengo mucha, mucha dificultad para concentrarme.

Predecible ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora