Capítulo 23.

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No puedo conciliar el sueño y eso que lo he intentado con todo. Contar ovejas, concentrarme en la respiración, levantarme a beber un vaso de agua, convertirme en una maestra de yoga...

Y nada, son las 3 de la mañana, mis ojos están abiertos como los de un búho y mi corazón late a ritmo caótico desde el anuncio de Carter.

Es lo que más me confunde de esa situación, no sé si es debido al estrés o por la excitación. Mi corazón me dice claramente que estoy emocionada como la mierda por viajar con él, y que no tiene nada que ver con la ansiedad de mi trabajo.

Y aquí estoy. Ya van alrededor de dos horas que me divierto con un juego de preguntas y respuestas, sola en la noche. Si continúo así, me voy a volver loca. Intento un último truco desesperado: Repito un mantra: "Estoy tranquila, todo va bien. Estoy tranquila, todo va bien..." ¡Pero mi conciencia se ríe en mi cara!

Bueno, decido levantarme, la paciencia nunca ha sido mi punto fuerte.

Decido beber una infusión. Caliento un poco de agua y elijo un té de hierbas llamado "Noche Tranquila". Me siento nerviosa, sudorosa... ¿De qué tengo miedo?

Cojo mi portátil y me conecto a mi blog, ¿habrá noctámbulos en mi comunidad?

Me muerdo de ganas por compartir mis problema de insomnio, y además me gustaría dejar de pensar en Carter durante unos minutos.

Con un aspecto lúgubre, doy un repaso a los comentarios de mi última publicación, pero hay uno que me llama la atención. Nuestra queridísima Perséfone ha escrito de nuevo: "Continúa jugando y conocerás la derrota."

¿Qué es lo que pasa? ¿Una nueva versión del padre Fouras...?

No me gusta eso. Esto no va a ayudarme a conciliar el sueño. Ahora dormiré menos imaginado a un psicópata, vestido de cocinero, que va a venir a matarme mientras duermo. Cierro el ordenador suspirando. Menudo mundo de pirados.

Me acerco a la ventana para respirar el aire fresco de la noche. La ciudad está en calma, a esta hora toda la ciudad está en calma, todo está tranquilo. Se ven algunas luces en los edificios, sin duda, serán trabajadores del turno de noche o personas que aman el final de la noche.

De repente me pregunto que estará haciendo Carter ahora. ¿Estará durmiendo en su cama king size enorme? ¿O estará trabajando? ¿O quizás estará bebiéndose una botella de ron?

Respiro fuertemente moviendo la cabeza, ¡debería dejar que Carter hiciese lo que le diera la gana e irme a dormir si no quiero parecer un zombie mañana!

(...)

Esta mañana sin director ejecutivo diabólicamente sexy a la vista, es algo bueno. Creo. Me esfuerzo por centrarme en mi pantalla, mis ojos han decidido no fijar la mirada en la dirección que quiero tomar y además de eso tengo un dolor de cabeza atroz.

De repente oigo tres golpes en la puerta de mi despacho y me enderezo, tiesa como un palo, como si me pillaran por sorpresa.

Allison abre suavemente la puerta y me dirige una sonrisa agradable. Qué alivio...

— Hola, cariño. ¡Te he traído un café!

Me entrega orgullosa un vaso de papel marcado con el logo de Starbuck en la base. Me levanto para ir a saludarla calurosamente, este es el tipo de atención que me ponen de buen humor inmediatamente. ¡Allison sabe cómo hacerlo!

— Allison, ¿te he dicho ya que eres genial?

— Si, pero puedes volver a decirlo, es algo que no me canso nunca de oír. —se desploma en el asiento de visitante enfrente del mío, mirando a su alrededor. — ¡Este despacho es muy chulo! Por lo que veo no te niegan nada señorita.

Predecible ©Where stories live. Discover now