Capítulo 33.

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Antes de terminar mi jornada, voy hacia el despacho de Carter. Como es habitual, cuando termina todas sus reuniones y demás, le encuentro aquí.

Entro suavemente en la habitación tenuemente iluminada. Está al teléfono. De pie, se mueve en su despacho de un lado a otro mientras habla con su interlocutor. Me hace señas para que espere un momento.

Le observo. Concentrado en las palabras concisas, justo en el blanco. Va directo al grano. Es un hombre que no se entretiene en conversaciones sin fin.

Cuando termina, se vuelve a su mesa y anota algo en su ordenador, antes de hundir sus ojos en los míos.

— Señorita Evans...

— Señor... Tengo el expediente que me había pedido. —deposito el archivo de Ian sobre su mesa y observo su reacción.

Mira un momento el expediente.

— De acuerdo. Gracias.

El ambiente es extraño... Como si hubiera una especie de contención hipócrita entre nosotros.

— ¿Es todo? Pensaba que el archivo era particularmente importante.

Se apoya en su asiento frotando lentamente su mentón con el dorso de la mano.

— Este expediente no tenía demasiada importancia.

— ¡¿Perdón?!

¿Está bromeando? ¿He puesto en peligro mi relación con Ian por nada?

— Ha sido sobre todo una prueba. Quería saber si usted era capaz de obtener las cosas de sus compañeros dentro de unos plazos muy ajustados. Quería ponerla en una situación delicada, para que usted y sus compañeros tomen consciencia de la amplitud de sus nuevas responsabilidades. Ha superado el reto con brillantez. Sabía que usted encontraría los recursos necesarios. —me habla con un tono monótono, mientras que mi ira se eleva en mi lentamente. Le miro frunciendo el ceño.

— Espere... ¿Quiere usted decir que he presionado al señor Fox por este archivo, solamente para pasar su tipo de... Prueba?

— Era un mal necesario.

¿Necesario? ¿Pero por qué? Mi relación con Ian jamás será la misma y todo esto por superar su pequeño desafío.

No consigo seguirle... Estoy tan confundida que no sé qué contestarle.

— Usted necesitaba dejar las cosas claras con sus compañeros. No podía actuar obrando como si nada hubiera cambiado y sería un tremendo error creer lo contrario. De igual modo que usted debe ser consciente de su ascenso. No permita que los demás tengan la oportunidad de aprovecharse de su falta de confianza.

Suspiro, una vez más está historia de la debilidad. Debe ser una obsesión para él.

— Mi antiguo jefe jamás se ha aprovechado de mis debilidades. Y además, soy como soy, no me voy a convertir en una dictadora porque usted quiera.

Carter suspira, mientras se apoya en su escritorio.

— No distorsione mis palabras. Simplemente le he hecho un favor, aunque usted todavía no se dé cuenta de ello.

Es sorprendente como la percepción de las cosas puede cambiar de una persona a otra.

— ¿Oh...? ¿Así que usted ha hecho esto simplemente para ayudarme a mejorar? ¿Debo agradecérselo?

— Sin duda.

Muestra una gran calma sorprendente. No es arrogante ni insolente. Se diría que realmente cree en lo que dice.

Predecible ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora