Capítulo 59.

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¡Es la primera vez que lo mando todo a la mierda!

Es todo tan extraño y me siento tan rara que no me atrevo ni a darle migas a Alger. Miro mi cubo de basura como si tuviera la culpa de algo. He vuelto extenuada a casa. No es que el día haya sido físicamente agotador, pero mis nervios están a punto de explotar.

He pensado que quizás cocinar un poco me calme; la inspiración siempre viene en los momentos dolorosos. Pues en mi casa es justamente todo lo contrario, en estos momentos debería acostarme y comer un tarro de helado del supermercado.

Me tumbo en el sofá y cojo el ordenador para ocuparme de mi blog, reviso los comentarios ya que son muchos desde la última vez. Varios se preocupan por mi silencio, son agradables y me reconfortan. Efectivamente, he dejado de lado mi blog durante mi loca historia con el gran Matthew Carter, lejos de la vida real.

Bueno... ¡Ya he regresado!

Salvo que mi vida ahora ha vuelto a ser sosa y aburrida sin él, sin esperar sus abrazos, sus juegos y su mirada intensa. Como un plato mal sazonado. Como mi último intento.

Suspiro pesadamente, tengo que sacármelo de la cabeza e incluso de todos los poros de mi piel. ¡Antes de él vivía muy bien!

Vale sí, me ha hecho disfrutar de esos pequeños escalofríos y esas sensaciones embriagadoras y emocionantes, pero la vida es otra cosa, no se puede vivir siempre entre la pasión y las discusiones. No puedo soportar eso y cómo siga así voy a terminar volviéndome loca y sinceramente los hospitales psiquiátricos de Nueva York no me excitan para nada.

Vale, quizás exagero un poco.

Al menos, leer los mensajes de apoyo de mi comunidad me viene muy bien hasta que, de repente, reparo en un comentario y mi pequeño intervalo de calma llega a su fin. El mensaje es de hace apenas unas horas, mensaje de Perséfone: "Estabas avisada..."

¡¿Qué?!

Vale. No voy a entrar en pánico por culpa de un energúmeno que ha decidido tocarme las narices en mi blog de cocina. Me levanto y doy unos pasos.

Piensa, Bridget, piensa...

Perséfone, claramente hace referencia a mi relación con Carter, de hecho, es su única referencia.

¿Quién podría ocultarse detrás de ese seudónimo?

Dave está al corriente de mi relación con Carter... Incluso me ha prevenido, por lo tanto no va a jugar a este juego infantil, y además es de las personas que te dicen las cosas a la cara y no escondiéndose detrás de una pantalla.

Han Carson, ¿quizás? No, está completamente a un lado en los últimos tiempos, bastante ocupado con problemas personales. No ha notado nada entre Matt y yo. Además no le veo como para ir a mi blog y dejar frases amenazantes, ¡tienes cosas mejores que hacer!

Coloco mis manos en mi cintura y sigo pensando en la lista de posibles sospechosos. ¿Nancy Meyers?

No, ni siquiera nos conocemos. Reabro de nuevo mi blog y miro el mensaje, sin saber qué hacer. Quizás lo mejor que puedo hacer es entablar un diálogo... Respondo debajo del comentario: "Perséfone, sé quién eres."

Me marco un farol, el todo por el todo. Con suerte eso le hará detenerse, o si no, le volverá más agresivo... O peor aún: me matará mientras duermo y estrangulará a Alger. Nadie nos encontrará. Sólo habrá algunos signos de lucha.

Tuerzo los labios ante esa hipótesis. ¡Mierda! ¡Debo detener está psicosis!

Preocupada le envio un mensaje a Logan: en primer lugar porque me relaja con sus bromas y en segundo lugar, porque necesito la ayuda de Maik.

Predecible ©Where stories live. Discover now