Capitulo 39.

17K 1K 57
                                    

Rápidamente se coloca encima de mí, dejando caer su peso a un lado, vuelve a besar mi cuello, mientras sus manos y dedos se ocupan de deshacerse de toda prenda que llevo puesta. Intento hacer lo mismo con su pantalón de traje negro, mis dedos temblorosos juegan con la bragueta de su pantalón, algo que siento que le saca una pequeña sonrisa.

Cuando queda solo en ropa interior, me siento algo intimidada, no puedo evitar morderme el labio, él se relame los suyos. No puedo evitar escanearlo, semi desnudo, encima mía.

Me desabrocha el sujetador en un rápido movimiento, desliza los tirantes por cada uno de mis desnudos hombros con delicadeza, repite lo mismo con la parte de abajo, quedándome expuesta para él. Baja hasta mis pechos para pasar sus ávida lengua por mis pezones, baja un poco más, dejando besos húmedos y calientes en mi vientre bajo. Noto su piel ardiente. Vuelve a subir para darme un rápido beso y muerde mi labio inferior.

Se deja caer un poco, sin llegar a aplastarme, algo que hace que sienta su erecto pene rozar mi vientre a través de la fina tela de sus bóxers. Sus dedos se acercan a mi entrada y me acarician, aumentando mi placer. Nos besamos una y otra vez, el calor invade cada centímetro de nuestros cuerpos.

Nuestra piel quema. Arde.

Mi garganta se seca cuando se deshace de lo único que lleva puesto. Me sonrojo cuando me pilla mirándolo, intento mirar únicamente a sus ojos, pero fracaso, y sonríe cuando lo miro ponerse el preservativo. Sus dulces labios bajan hasta mi cuello dando pequeños besos. Suelto un pequeño suspiro de placer.

Arqueo mi espalda, estamos literalmente pegados. Separa mis muslos y se coloca entre ellos, cierro los ojos mientras noto como todos sus músculos se tensan. Despacio se acerca a mi entrada, su miembro choca contra mi feminidad y suelto un claro gemido. Lentamente se introduce dentro de mí y aún con los ojos cerrados noto que me está mirando. Subo mi cabeza para esconderla entre el hueco de su cuello y hombro.

Espera unos segundos para que me adapte a su longitud y entonces empieza a penetrarme despacio hasta que me acostumbro a la sensación. Después de un rato empieza a moverse más rápido, suelta un gruñido, mientras empieza a hacer rápidos movimiento en mi interior.

— ¡Matthew! —gimo su nombre sin poder evitarlo, él jadea de placer.

Gemidos, gemidos y más gemidos, levanto las caderas para que empujé más dentro de mí. Con movimientos rítmicos, sale y entra de mí a una velocidad sorprendente. Mi cuerpo se tensa y se me corta la respiración. Me penetra con tanta pasión que alcanzo el climax en cuestión de minutos acompañado con un grito de extasís.

***

Aún entumecida, dejo que mi corazón se recupere de estas emociones, mientras que mi amante acaricia suavemente mi piel con la yema de sus dedos.

Vaya. Era... Sólo... Increíble. Ha sido jodidamente increíble...

Decididamente no hay asuntos que Carter no pueda manejar con maestría.

Apenas me atrevo a mirarle a los ojos mientras que juega con uno de los mechones de mi pelo entre sus dedos pulgar e índice.

Apasionado y tierno. Es un verdadero dios del sexo... ¿Este hombre es simplemente perfecto o que? Yo creo que si y los latidos de mi corazón me dan la confirmación. Estoy enamorándome de él.

Al cabo de unos minutos, me pongo de pie para recoger mis cosas tiradas por el suelo de su despacho.

— ¿Te vas ya?

Tumbado en el sofá me mira, apoyado sobre su codo, con una mano apoyada en la mejilla. Su cuerpo, perfecto en su desnudez, está ofreciendo a mi vista.

¡Jesús, es que es tan caliente!

Tengo que controlarme para no darme la vuelta y tirarme a sus brazos, pero al mismo tiempo siento como un malestar. Ahora que he dejado un poco de espacio a mi razón, me doy cuenta de que acabo de enrollarme con mi jefe, en su despacho...

¿Qué pasará entre nosotros ahora? ¿No he sido más que el capricho de una noche, o es que quiere más? ¿Qué se supone que debo decirle?

Predecible ©Where stories live. Discover now