Capítulo 68.

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— Esta bien hacerse preguntas, pero no te obsesiones de esa forma.

— ¿Qué quieres que te diga? Eres mejor que un psiquiatra.

Realmente no tengo ganas de dar pena, ya he dado un gran paso hoy. Esta vez se ríe más fuerte, lo que me llena interiormente de felicidad. Esta risa vale más que todos los antidepresivos del mundo.

— Podría convertirme en uno.

— ¡Ah, no! ¡Para nada! ¡Me guardo al gran Matthew Carter para mi sola! —cojo su brazo y lo aprieto contra mi.

— Mmh... —una sonrisa traviesa aparece en sus labios. — Tengo bastante trabajo contigo, no tengo ganas de gastar energía con otras mujeres.

Le doy un codazo en el hombro, lo que le hace reír. Ante su aire burlón, me entran unas ganas irremediables de tirarle al agua. Le cojo por la cintura y haciendo fuerza con mis pies le empujo hacia las olas. Se sujeta con el pie derecho, haciendo que mi tentativa fracase estrepitósamente.

— ¿Qué intentas hacer?

— Emh... Nada. He perdido el equilibro.

— ¿Ah, si? ¿En serio? ¿No has intentado tirarme al agua?

— No...

— Eso sería algo presuntuoso por su parte, señorita. —sus ojos se iluminan con una nueva luz.

— Yo...

Antes de que pueda terminar la frase, dos grandes manos me cogen por la cintura y mis pies se levantan del suelo. El horizonte toma un ángulo extraño mientras me carga sobre su espalda.

— ¡Matt! ¡Bájame!

Me defiendo como puedo, pero tengo la sensación de ser un pequeño insecto que gesticula en su espalda. Sus brazos me sujetan firmemente. Estoy completamente despeinada y veo que el momento ineludible se aproxima.

— Déjame pensarlo... —camina hacia las olas, mojándose el pantalón corto negro, mientras me sujeta contra él. — No.

— ¡Matthew! ¡Te lo advierto! ¡Si sigues con esto, te muerdo!

— Siempre con amenazas sin fundamento. Guarda eso para esta noche, querida.

Se las arregla para arrancarme una sonrisa, a pesar de la situación comprometida en la que me encuentro.

— Entonces, tu...

Ni siquiera puedo terminar la frase cuando de repente todo mi cuerpo se mueve, en una fracción de segundo entro en el agua y me encuentro completamente sumergida. Rápidamente apoyo mis pies en la arena para poder sacar la cabeza del agua.

¡Estoy indignada! Y antes de que tenga tiempo de quejarme, una ola traicionera acaba definitivamente con toda mi dignidad, dejándome en silencio. Me froto los ojos y recupero la respiración poniéndome de pies a duras penas.

— ¡Eh!

Cuando abro los ojos y puedo respirar, veo a Matt riéndose, ríe a carcajadas. Está tan atractivo así que sólo tengo ganas de saltar a sus brazos.

— Entonces... Es... En serio. —balbuceo quedándome con los brazos colgando, casi sin poder creer lo que se ha atrevido a hacer.

Echo un vistazo a mi blusa de seda, la tela se ha pegado a mi piel, insinuando con indigencia mis formas.

Esta vez, fusilo con la mirada a Matt que no ha terminado de burlarse.

— ¡No es justo! Idiota, ahora estoy empapada.

Predecible ©Where stories live. Discover now