Capítulo 28.

18.3K 1K 58
                                    

Para él, este espacio es su vida cotidiana, para mí, es un paso a un mundo desconocido. Dave se reúne con nosotros.

— Señor, Paul me indica que despegamos en 10 minutos.

— Muy bien, gracias Dave.

Este último desaparece por la puerta de atrás y no encontramos solos. Carter y yo. Observo lo que nos rodea mientras que él mira algo en su teléfono. Cuando lo deja, me observa, divertido.

— ¿Le gusta el avión?

— ¡Si! ¡Es extraordinario! En fin... Hum... Quiero decir que no tiene nada de normal. —guardo la calma, veo como sus labios se estiran lentamente.

— Si quiere refrescarse hay un cuarto de baño detrás de usted. También puedo pedir algo de comer si tiene hambre.

— Sólo tiene que pulsar un botón, ¿verdad?

— ¿Tiene hambre?

— No, no. No les moleste.

— Están aquí para eso, señorita. —antes de que pueda protestar, Carter aprieta el botón y pide pastelitos y bebidas calientes. — Estas personas están aquí porque las pago para eso. Así que no dude en pedir lo que necesite, sea lo que sea.

Creo que Carter siempre ha tenido a la gente a su disposición y esa idea me molesta.

— ¿Usted siempre obtiene todo lo que desea con su dinero, no es así?

¿Oh en serio...? ¿Acabo de volver a verlo y así es como quiero que sea el juego?

Carter me mira durante un momento, reflexionando sobre el comentario que acabo de hacer. Sin lugar a duda se pregunta que es lo que desayune esta mañana.

— Usted no puede evitar ser insolente, ¿no es así? —sus iris grisáceos miran desde abajo mientras remanga su camisa blanca, con una sonrisa de lado.

Me gustaría recordarle que él sabe muy bien mi incapacidad para hablar sin filtros y sin embargo ha sido una locura contratarme pero... Prefiero guardar silencio. Sus ojos se estrechan fugazmente antes de que recuperen su seriedad.

— Y si, no hay nada que yo no pueda conseguir, señorita Evans. El dinero asegura la comodidad, pero no hace a un hombre feliz. Ciertas personas viven muy bien en la comodidad. Pero otras buscan la emoción, el desafío, la pasión...

Me mira con un extraño brillo en los ojos, al instante mi corazón se acelera.

Nuestra conversación es interrumpida por una voz masculina diciendo que abrochemos nuestros cinturones porque vamos a despegar.

Durante unos minutos el avión aumenta de velocidad, el ronroneo del motor invade el espacio. Una azafata nos trae el desayuno en una bandeja que coloca en la mesa junto a nosotros, nos dirige una sonrisa radiante preguntando con voz suave si necesitamos algo más. Carter le agradece cortésmente, me parece que se sonroja ligeramente. El efecto Matthew Carter sobre el sexo femenino, estoy empezando a acostumbrarme.

Se levanta y me ofrece la bandeja para que me sirva a gusto, tomo un café.

— Gracias.

Él también coge un café y deja la bandeja todavía llena. Se apoya y toma un sorbo, veo como su mandíbula se contrae ligeramente por el sabor amargo del néctar, mira el líquido por un instante con la mirada perdida en su taza.

— Cuando estemos en Houston la dejaré directamente en el hotel. He alquilado una suite para la entrevista. Deberá ocuparse de contestar las preguntas mientras estoy en una reunión.

Predecible ©Where stories live. Discover now