He Reencarnado En Un Mundo De Juego Otome ¡Ahora Tendré Una Vida Increíble! VOL1

Capitulo 73

Crucé por un largo pasillo hasta llegar al área de reuniones donde los altos nobles estarían reuniéndose hoy, mi corazón estaba tranquilo después de liberar todos mis nervios en el micrófonos, pero ese buen animo se perdió mas rápido de lo que pensaba.

Al llegar me encontré con alguien con quién no esperaba encontrarme.

—¿Dorothea? ¿Hmm?

Una rubia de largas y finas pestañas estaba esperando mientras en su mano jugaba con un antifaz blanco con tres puntas de corona y una rosa en la esquina superior izquierda, el nombre de la mascara era "Roseta".

La mujer se llevo una mano a la cintura mientras entregaba su mascará a un hombre que esperaba al lado de la puerta. Se acercó a mi con una sonrisa en sus finos labios tintos por el labial.

—¿Quién más te esperaría? ¿Me extrañaste?

Suspiré.

—Dorothea, no te voy a mentir. —Y me quedé callado.

Recibí un puchero en forma de un golpe en mi pecho.

—Payaso.

Estaba por responder cuando Dorothea me agarró del cuello del saco y me empujo contra una pared quitándome la mascará de un brusco jalón, cuando abrí mi boca para protestar por los cabellos que me había arrancado Dorothea se lanzó adueñandose de mis labios en un extenso beso.

Mhhhh~

Mhhhh~

Mhhhh~

Cuando Dorothea se separo me aseguré de inhalar una fuerte bocanada. Dorothea también respiró antes de volver acercarse a mí, pero esta vez no le iba a ceder la iniciativa.

Me incliné sobre ella tomándola por la cintura y moviendo nuestro centro de gravedad hacia abajo, la sorpresa bajó su guardia y aproveché esa apertura para adueñarme de sus labios. La sentí patalear en resistencia pero pronto dejó de resistir decidiendo mejor acariciar mi pecho con sus manos.

Cuando nos separamos la deje en el suelo mientras me intentaba acomodar el saco y la corbata.

—Cielos mujer, poco más y me desnudas aquí.

Dorothea me mostro una sonrisa socarrona.

—No sería mala idea, eso demostraría quien está al mando en nuestra relación.

—Lo dice la que esta recostada en el piso.

—Es porque una mujer como yo luce sexi donde sea —Dorothea me guiño un ojo mientras se acomodaba sobre la alfombra roja como si estuviera en un costoso sillón—. ¿Qué te parece un retrato así? Puedo dejarte ponerla en tu habitación en la academia para que observes siempre a tu hermosa prometida.

Cof... Cof...

El hombre al que había descartado como un simple asistente comenzó a toser, en sus manos llevaba la mascara de Roseta de Dorothea.

—Hou, vamos Theodorius, deja a tu hermanita vivir su romance en paz.

—Hermana Dorothea eres mayor que y-...

Una fuerte presión silenció el pasillo mientras Theodorius inclinaba la cabeza.

—Me disculpo.

—¿Porque te disculpas, Theo?

—Por nada.

—¿Nada?

—Así es, absolutamente nada paso aquí.

Dorothea asintió satisfecha.

—Muy bien, puedes irte Theo, estamos a punto de hacer un heredero aquí mismo.