Intermedio 5. Adeuz Contra El Bosque De Las Damas

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Las luces mágicas de colores brillaban iluminando toda la pista de baile, los alrededores donde estaba sentado bebiendo eran lugares más oscuros para permitir la privacidad.

Bebí el contenido dorado de una inmensa jarra de un litro sin siquiera inmutarme. La razón de eso es porque ya estaba completamente borracho.

En algún momento el resto de chicos se habían separado y no se donde estaban. Lo último que recuerdo sobre Dan es que se fue con una chica de cabello anaranjado con un corte estilo bob.

Solo puedo suponer que logró ponerla.

Un par de chicas estaban a mi lado recargadas sobre mi pecho. No sabía si eran nobles o plebeyas de alta clase pero después de invitarles un par de tragos ellas se vinieron conmigo.

Hay un dicho que dice; Lo que pasa en el Pabellón Luna Roja, se queda en el Pabellón Luna Roja, por lo que me hubiera gustado llevarlas a la cama para acostarme con ellas, sin embargo se quedaron dormidas después de los tragos que les di.

De hecho, el que estuvieran recargadas en mi pecho no era tan sexi como uno pensaría, después de todo una de ellas estaba babeando mi ropa.

Seguí bebiendo con un humor un tanto oscuro.

Cuando me di cuenta me había terminado mi cerveza por lo que levanté mi mano y me trajeron otra copa.

Mientras veía sutilmente el redondo trasero de la bella camarera que se alejaba pude sentir como si alguien se sentará a mí lado.

Mirando en esa dirección una mujer con el cabello rubio en rizos había empujado a las dos mujeres en mi pecho a otro sillón como si no fueran más que molestias.

Ella ni siquiera se levantaron. Mi humor mejoró al quitarme ese peso muerto de encima.

Después se sentó a mi lado mandándome una mirada seductora, la mitad de su rostro estaba cubierto por un abanico azul claro con pétalos rosados.

Tenía un rostro suave y encantador y un pecho que, aunque no era tan amplio era decente.

Lo que más me sorprendió es como mostraba abierta y orgullosamente su rostro, posiblemente sea la hija de una casa de Barones o Vizcondes a quienes no les importa su esposo y que tienen montones de amantes.

Levantó su abanico y un apuesto camarero semi-humano se acercó para entregarle una copa.

Estoy seguro eso será agregado a mi cuenta. Mientras pensaba eso pude sentir mi humor volver a caer cuando la mujer había perdido completamente el interés en mi para comenzar a ver el trasero del camarero que se alejaba para entregar bebidas en otra mesa.

Al final los hombres y mujeres somos iguales, ¿Verdad?

Con ese pensamientos pase mi brazo por detrás de su cuello quedandome pegado a ella mientras bebía un trago..

No mencione nada y ella tampoco lo hizo. La música y el ruido de la gente bailando y celebrando era lo único que se escuchaba.

Se usaban cristales mágicos como altavoces y lo que se escuchaba no era la típica música clásica de la edad media sino una música un poco más similar al Jazz.

Aunque bueno, mi sentido de la música es horrible. Podría accidentalmente confundirte el Rock y el Metal así que tal vez no era Jazz lo que se estaba escuchando. Lo único es que no escuchaba ni pianos ni violines y que la música reberberaba en el aire haciendo que tuvieras que levantar la voz para hablar con la persona a tu lado.

Ambos estuvimos bebiendo hasta que finalmente uno de nosotros habló.

-Oye niño guapo, ¿Quieres ir a la cama? -preguntó haciéndome una mirada seductora.

He Reencarnado En Un Mundo De Juego Otome ¡Ahora Tendré Una Vida Increíble! VOL1Where stories live. Discover now