Capitulo 67

415 59 10
                                    

—¡Mierda, estoy vacío! —gritó Brad, la última llamarada que lanzó fue tan débil que ni siquiera acabó con el monstruo al que la disparó, y, aunque no había usado su propio maná, la fatiga también se acumuló en su cuerpo. Podría intentar salir y disparar magia pero hacerlo implicaría exponerse al miasma, cosa que Bradxion dijo que no le permitiría. Brad entonces comenzó a usar su lanza para enfrentar a los monstruos.

Por su parte, Greg y Chris estaban espalda con espalda cortando y empalando monstruos actuando como vanguardia, ninguno de los monstruos era rival para ellos, pero tampoco tenían una forma permanente de matar a la inmensa oleada, y, como no tenían resistencia infinita, algunos monstruos se les comenzaron a escapar yendo a la retaguardia.

Un ejercito de ojos murciélago con tentáculos carnosos se abalanzaron y atacaron algunas armaduras quienes intentaron abatirlos a tiro, pero era inútil, esas cosas eran veloces y esquivaron todos los tiros. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca de las armaduras atacaron sus extremidades con sus tentáculos arrancando partes del blindaje.

Antes de que pudieran hacer algo más un disparo blanco puro atravesó el cielo. Un ojo cayó. Otro tiro, otro ojo. Conforme sus numeros se reducian ellos buscaron y encontraron al francotirador. 

Jilk estaba a lo lejos montado sobre Machiavelism y disparando balas de platino mágicas preparadas por Adeuz.

Cada una estaba grabada con magia de aceleración y perforación volviendolas mucho más mortales que las comunes. Los ojos intentaron esquivar los tiros pero era imposible, esas balas más el ojo experimentado de Jilk más el apoyo de la I.A Jilkxion hacía que siempre dieran en el blanco.

Sin embargo la cantidad de balas de Jilk no era infinita y su munición bajó más rápido de lo que le gustaría.

Aunque la situación parecía desesperada, aun había alguien dispuesto a enfrentar todo eso.

La persona en cuestión era; Julian.

El príncipe heredero de Holfault, el primer protagonista de éste mundo. Él, aunque no muchos lo supieran tenia un potencial capaz de superar a cualquiera, pero en contraste también podía ser convertido en un completo inútil, todo dependiendo de como se le nutriera, y Adeuz, convertido en su amigo, compañero, rival, mentor y patrocinador estaba ayudando a sacar lo mejor de él.

Había una forma de completar ese juego otome sin necesidad de comprar objetos de paga, y esa forma era nada más y nada menos que nutriendo a Julian para alcanzar todo su potencial, sin embargo lograr eso era tan complicado que ningún jugador pudo hacerlo, principalmente porque quienes lo jugaban eran chicas a las que no les importaba el escenario de la batalla o la guerra. Si ese juego otome hubiera sido un juego galge con cinco chicas en lugar de chicos, el publico objetivo (Los pibes), sin duda hubieran buscado y encontrado hasta el más mínimo truco para ganar el juego y a sus jefes sin necesidad de comprar objetos de paga.

¿Porqué? Por que son chicos, su orgullo y competitividad en contra de sus iguales no les dejaría hacer pay to win. Así de fácil.

Los monstruos derrotados comenzaron a unirse llegando a formar a un titan de treinta metros, con numerosas extremidades por su costado, como una especie de extraño ciempiés. Un gran rostro carnoso sin ningún rasgo más que su boca completamente carente de dientes comenzó a reunirse.

Julian dio un paso hacia adelante, dejando su escudo y apretando con ambas manos su agarre sobre su espada blanca. Reunió todo su coraje para evitar que su mano temblara. Estaba por realizar tal vez la mayor y última estupidez de su vida.

—¡Su alteza! ¿¡Qué está haciendo —gritó Jilk quien, después de quedarse sin munición de ningún tipo tuvo que empezar a luchar con sus hachas. Él vio con horror como Julian se lanzó para enfrentar esa cosa solamente equipado con una espada—?! ¡Julian —gritó intentando volar a su lado, sin embargo por su distracción fue rodeado y atacado por todos lados por un ejercito de ojos—! ¡Ahg, mierda, quítense malditos ojos!

He Reencarnado En Un Mundo De Juego Otome ¡Ahora Tendré Una Vida Increíble! VOL1Where stories live. Discover now